Domingo, 7 de octubre de 2007 | Hoy
EL MUNDO › TRAS SER EXCARCELADOS, VISITAN A DOÑA LUCIA CON PICO DE PRESION
Los Pinochet quedaron en libertad. La Corte de Apelaciones de Santiago confirmó ayer la libertad condicional que le había otorgado el viernes el juez Carlos Cerda a la familia del dictador fallecido y a 17 personas de su entorno. El fallo también les rebajó la fianza a tres de los procesados, de 588 dólares a 192, y eximió del pago al menor de los hijos varones, Marco Antonio Pinochet, que al momento de su detención ya gozaba de libertad condicional. Mientras la Corte anunciaba su decisión, la presidenta Michelle Bachelet rechazaba las acusaciones de la derecha sobre una supuesta manipulación del caso por parte del gobierno. “Hay algunos que aún no entienden que en democracia la Justicia es autónoma e independiente”, aseguró la mandataria, que no quiso hacer comentarios sobre la decisión de la Corte de Apelaciones.
El fallo de la Corte, que votó de forma unánime, no sorprendió en Chile. La familia del dictador y sus antiguos colaboradores no están procesados por crímenes de lesa humanidad como los militares represores del régimen de facto. Fueron acusados por desviar fondos públicos y esconderlos en cuentas bancarias en el exterior. La investigación sobre la fortuna de Pinochet comenzó hace tres años, cuando el Senado de Estados Unidos encontró cerca de diez millones de dólares depositados a nombre del dictador en el Riggs Bank. Varios años de investigación en los tribunales chilenos elevó esa cifra a casi 28 millones de dólares. También sumó los cargos de falsificación de documentación pública –Pinochet utilizaba nombres falsos para abrir las cuentas– y de fraude impositivo, y los extendió a su familia y sus allegados.
Inmediatamente después de hacerse público el fallo, la actuaria de la Corte de Apelaciones comenzó una gira por los centros de detención de Santiago para comunicarles la buena nueva a los 22 procesados –el ex albacea del dictador, Oscar Aitken, no había quedado detenido porque se encuentra todavía en Estados Unidos–. La funcionaria del Poder Judicial comenzó por el Penal Santiago 1, donde estaban detenidos Augusto y Marco Antonio Pinochet, y posteriormente se dirigió hasta el Centro Penitenciario Femenino, donde se encontraban Lucía, Verónica y Jacqueline.
Luego pasó por el Hospital Militar, donde desde el jueves permanece internada la viuda del dictador, Lucía Hiriart, debido al pico de presión que le dio cuando se enteró de que toda su familia había quedado presa por primera vez. Por último, notificó a los ex colaboradores de Pinochet. La salida de los cinco hijos del fallecido dictador fue bastante caótica. Decenas de cámaras de televisión, periodistas y simpatizantes esperaban afuera de los centros de detención buscando una declaración o un saludo de alguno de los pinochetitos. El único que habló fue Augusto. “Juzguen ustedes, señores. Esto es un raciocinio personal (sic). Este país debe pensar y analizar lo que está pasando”, le dijo a la prensa. Sus hermanas no quisieron dar declaraciones. Lucía y Jacqueline se fueron directamente desde la cárcel al hospital a visitar a su madre.
Tampoco se escucharon las tradicionales voces pinochetistas de la Unión Democrática Independiente (UDI) ayer. Esta fuerza opositora fue la que lideró en estos últimos días las denuncias contra el gobierno. “Al principal sospechoso, Augusto Pinochet, nunca se le logró probar un delito, y ahora se culpa a sus familiares y asesores más directos”, decía su comunicado. A pesar de que el dictador no vivió lo suficiente para ser condenado, en el momento de su muerte estaba procesado en más de una decena de causas.
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