El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se mostró jubiloso y alegre ayer por el rescate de Ingrid Betancourt y de otros 14 colombianos que hasta el martes permanecían cautivos en manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). “Felicitamos a Colombia. Anoche llamé a Uribe y lo he felicitado. Seguimos a la orden, seguimos a disposición para ayudar hasta que se libere el último rehén de la guerrilla colombiana y para lograr la paz, la plena paz en Colombia”, declaró el mandatario en Isla Margarita donde participó en una reunión de países no alineados. “Compartimos el júbilo, estamos alegres por la liberación y más alegres aún porque según nos han informado se hizo sin que se derramara una gota de sangre”, agregó Chávez.

La declaración de Chávez –que hasta principios de año trabajó como mediador para lograr el canje humanitario de guerrilleros presos por rehenes– se produjo casi 24 horas después de que se conociera la noticia del rescate. Hasta ese momento, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela sólo había emitido un comunicado en el que felicitaba al gobierno colombiano y manifestaba su deseo de “que este hecho abra camino hacia el acuerdo humanitario, el desmontaje de la guerra y el logro extraordinario de la paz”.

El mandatario venezolano también reiteró su mensaje a las guerrillas de Colombia para que depongan las armas y liberen a todos los rehenes que siguen en su poder. Pero en ningún momento hizo alusión al llamamiento que le hiciera Ingrid Betancourt a él y al presidente de Ecuador, Rafael Correa, en el sentido de respetar la democracia colombiana, representada por el presidente Uribe. “Ya no es la hora de los frentes guerrilleros”, señaló Chávez al principio de su discurso. Y luego: “De mi punto de vista el tiempo de los fusiles ya pasó. Ojalá no vuelva. Que no nos obliguen a retornar a esos tiempos. Hago de nuevo un llamado a la guerrilla, al secretariado, para que lo piense”.

Finalmente, el mandatario venezolano, que recibió de manos de las FARC a seis rehenes entre enero y febrero y era visto como una pieza clave para futuras liberaciones, adoptó públicamente un tono amistoso y conciliador. “Ingrid Betancourt, te mando este beso. Nos la jugamos por ti. Yo lo dije: Si tuviera que ir a lo más profundo de la selva a buscar a Ingrid y a sus compañeros, yo voy. Afortunadamente no hizo falta”, explicó Chávez, quien había reconocido públicamente que perdió sus contactos con las FARC desde la muerte el 1° de marzo del ex número dos de la guerrilla, Raúl Reyes.

Uribe “será recibido como siempre, como hermano, como amigo. Nos dijimos cosas duras. Entre hermanos ocurren esas cosas. Pero pasó y ojalá pase para siempre”, declaró Chávez. “Estoy seguro de que casi todos los países de este continente estaríamos dispuestos a conformar un grupo de garantes de un acuerdo de paz (en Colombia), donde se respete a las partes y los compromisos acordados”, subrayó el presidente, citando el ejemplo de Centroamérica.