El prefecto de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, que no logró ser ratificado en el referéndum revocatorio del domingo, anunció que iniciará una “batalla legal” para quedarse en el cargo. También acusó al oficialismo de realizar fraude electoral. Ninguno de los otros cinco prefectos opositores apoyó públicamente su posición.

Reyes Villa había asegurado de antemano que no iba a respetar el resultado de la consulta, fuera cual fuere su suerte. Y cumplió con su palabra. Ayer a la mañana se presentó en su oficina e informó a lo medios que no reconocía los resultados de boca de urna, que lo sitúan entre los tres prefectos revocados. Tras insistir con la supuesta ilegalidad de la consulta, anunció que evaluaría con sus abogados la forma de continuar con una demanda legal interpuesta antes del referéndum que, a su juicio, le fue favorable en una primera instancia. “Es importante que el país sepa que hemos ganado en una primera instancia, así sea una sola miembro del Tribunal Constitucional y vamos a seguir ese proceso de hacer respetar la ley”, sostuvo, y recordó que el Tribunal Constitucional había ordenado a la Corte Nacional Electoral frenar el revocatorio. También deslizó que en su “batalla legal” elevaría sus denuncias a tribunales internacionales.

Reyes Villa sostuvo que ganó ampliamente en la ciudad pero “de las provincias viene el fraude”, y anunció que pedirá una auditoría a las ánforas “que llegaron de las provincias ya cerradas”. Los prefectos opositores de la Media Luna no hicieron declaraciones ante las palabras de Reyes Villa. Tampoco le brindó apoyo el Comité Cívico de Cochabamba, su aliado más fuerte, desde donde dijeron que esperarán a conocer los resultados oficiales para emprender cualquier acción, según informaron medios bolivianos.