Martes, 12 de agosto de 2008 | Hoy
EL MUNDO › LA LECTURA DEL GOBIERNO ARGENTINO LUEGO DEL TRIUNFO DE EVO
Hubo un comunicado de Cancillería y también un llamado de Cristina Kirchner a Evo Morales. Pero más allá de un triunfo para el que el Gobierno puso el hombro, también había preocupación por el futuro político de Bolivia.
Por Fernando Cibeira
“Obviamente, estamos contentos por el triunfo de Evo, pero la lectura política de la elección del domingo va a llevar más tiempo”, explicaba un hombre de la Cancillería que se encargó de seguir de cerca el referendo. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner dio varias muestras de apoyo a Evo Morales en los últimos meses, incluso estuvo dispuesta a viajar junto a Hugo Chávez para un acto en Tarija en la previa al comicio y debió suspenderlo por incidentes. La Presidenta ayer llamó a Evo para felicitarlo, pero eso no significa que no continúe la preocupación de la Casa Rosada por el desarrollo de la situación en Bolivia. Esta semana, Argentina, a través de su embajador en La Paz, retomará las gestiones de las que forma parte a través del Grupo de Amigos, junto a Brasil y Colombia, para –en términos de un diplomático– “buscar un empate” entre los sectores en pugna.
Las preferencias del kirchnerismo fueron muy obvias durante todo el proceso. En la pasada Cumbre del Mercosur, en Tucumán, Cristina Kirchner como presidenta pro témpore generó las condiciones para que el bloque diera un fuerte respaldo a Morales de cara a los comicios y envió una delegación de veedores para dar legitimidad al referendo ante los cuestionamientos opositores.
Conocido el veredicto, hubo un comunicado de la Cancillería de tono festivo. “El referéndum y sus resultados ratifican la legitimidad de las autoridades electas democráticamente. Esta consulta constituye un paso relevante hacia la superación de la situación que atraviesa el país hermano y contribuye a la pacificación de la sociedad boliviana y a la preservación de la integridad territorial de Bolivia, resultados estos que comparten el pueblo y gobierno argentinos”, se dijo allí.
Pero la alegría no evitaba un análisis más frío de la situación, un cuadro que desde hace rato preocupa a la Casa Rosada. Por un lado, por cuestiones políticas, porque entienden que mientras no se estabilice la democracia en Bolivia siempre habrá una luz roja encendida en la región. Por el otro, por la famosa “ecuación energética” que periódicamente plantea Cristina Kirchner que es la que permite que el Mercosur se vuelva viable también en lo económico. Argentina necesita el gas que Bolivia se comprometió a venderle.
Una señal de alarma que se prendió el domingo a la noche en los funcionarios de la Cancillería que seguían lo que ocurría en Bolivia y mantenían al tanto a la Presidenta y a Jorge Taiana fue el tono de los discursos de los gobernadores de las provincias de la Media Luna. “Fueron muy duros, hay mucho de racismo y siguen planteando la secesión”, observaron. Por el contrario, en las palabras de Evo Morales creyeron ver espacio para una negociación que ven imprescindible.
En ese sentido, entienden que por ser vecinos y por su peso en la región, Argentina y Brasil tienen posibilidades de encauzar un conflicto que por momentos parece a punto de desbarrancarse del todo. Tiempo atrás, Taiana y su par brasileño, Celso Amorim, viajaron para entrevistarse con Morales y los prefectos opositores, pero no vieron la salida. Esta semana reiniciarán las conversaciones, por ahora a nivel de embajadores.
Más allá de la simpatía de los Kirchner por Evo, en el Gobierno evaluaban que esa negociación debía buscar un empate, donde cada parte pudiera esgrimir una conquista. “La Constitución como está es inviable, la reforma constitucional es imposible. Hay que encontrar el punto medio”, explicaban en el Palacio San Martín. Que las provincias ricas del oriente se queden con una parte de las ganancias que producen, sonaba allí como lo lógico.
Tanto Cristina como Néstor Kirchner observan con ceño fruncido el desarrollo de la situación porque imaginan que así como Evo no pudo cumplir este año con los envíos de gas prometidos, seguirá sin poder hacerlo en tanto Bolivia mantenga el cuadro de inestabilidad política. “¿Quién va a invertir 500 o mil millones de dólares en explorar un yacimiento de gas sino sabés qué va a pasar mañana?”, respondían. “Hace falta paz y lo único que se ve por ahora es odio”, concluían.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner resaltó ayer que la producción automotriz creció un 21 por ciento en julio y resaltó la “rentabilidad fantástica” que, aseguró, obtuvieron las principales empresas que cotizan en la Bolsa en sus últimos balances. La Presidenta habló durante el acto de lanzamiento de un nuevo modelo en la planta de Ford, en Pacheco. Allí buscó mostrar otra realidad luego de las noticias sobre el malhumor de los mercados financieros por la caída de los bonos nacionales. Pidió dejar atrás “el deporte nacional de tirarnos pálidas entre los argentinos”. La Presidenta volvió a defender la puesta en marcha de “un modelo económico con inclusión social y desarrollo industrial” y recordó que “algunos en el pasado creyeron en un país sólo de servicio, pero aquí estamos de vuelta con producción y trabajo”. Finalmente, Cristina Kirchner se refirió a la buena marcha de la industria automotriz y resaltó el reciente convenio con Brasil para reducir las asimetrías.
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