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Desde Jerusalén

Cinco milicianos muertos a manos del ejército israelí y una lluvia de cohetes palestinos que se cuentan por decenas pulverizaron el miércoles las esperanzas de alcanzar otra tregua en Gaza. Los líderes palestinos e israelíes hablan de reeditar el alto el fuego que expiró el pasado viernes, pero la situación sobre el terreno no hace más que empeorar. En la noche del martes al miércoles, el ejército israelí mató en Gaza a tres miembros de Hamas, el movimiento islamista que ejerce el control absoluto de la Franja de Gaza. En respuesta, decenas de cohetes impactaron en territorio israelí durante la mañana del miércoles, aterrorizando a la población del sur del país, pero sin causar víctimas. En otro incidente otros dos milicianos murieron por disparos israelíes al sur de la Franja.

Políticos israelíes y palestinos dicen querer una nueva tregua, pero las condiciones que fijan han hecho hasta ahora imposible el acuerdo. Israel no está dispuesta a abrir los pasos fronterizos a las mercancías ni a cesar las incursiones militares en la Franja, de la que se retiró en 2005, si no para la lluvia de cohetes. Pero los grupos armados de Gaza no tienen intención de dejar de disparar proyectiles hasta que los israelíes no cedan.

Y a medida que los cohetes arrecian, aumenta el riesgo de una operación militar israelí a gran escala. El titular de Defensa, Ehud Barak, repite que no ordenará una operación a gran escala de momento, pero está por ver si será capaz de resistir a los gritos de guerra de no pocos políticos israelíes en tiempos de precampaña electoral. Al laborista Barak no le conviene halconizar más todavía su imagen si no quiere perder los pocos apoyos que le quedan entre la izquierda israelí. Hamas necesita y desea un acuerdo tanto o más que Barak. Pero los islamistas exigen que ese pacto incluya una cierta apertura de los pasos fronterizos para que puedan entrar los víveres. Medio año de tregua con Israel no ha resultado en una mejora de las condiciones de vida de los habitantes de la Franja. La reedición de un acuerdo que no exija a Israel un alivio del bloqueo podría costarle a Hamas no pocos apoyos entre una población hastiada de penurias. En gran medida, que los deseos de tregua de israelíes y palestinos se hagan compatibles dependerá de la habilidad diplomática del vecino Egipto, al frente de la mediación. A Egipto le interesa casi tanto como a las partes implicadas que se reanude la tregua, pues una escalada de violencia aumentaría la presión sobre su frontera con Gaza.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.