Francisco cerró el anteúltimo día de la gira papal por los Estados Unidos con una visita al VII Encuentro Mundial de las Familias, organizado en la ciudad de Filadelfia. El Santo Padre fue el invitado especial del festival organizado por la comunidad católica (foto), al que se unieron fieles de todo el mundo. De hecho, el evento fue el motivo por el cual originalmente el papa decidió viajar a Estados Unidos. Francisco, que arribó en medio de un gran operativo de seguridad, presenció las actuaciones de Aretha Franklin, Andrea Bocelli y la Orquesta de Filadelfia. La ambiciosa gira por Cuba y Estados Unidos, la cual incluyó misas diarias, recorridas, discursos, visitas a distritos y reuniones privadas con mandatarios y líderes mundiales, le pasó factura ayer cuando sufrió un tropezón en las escalinatas al subirse al avión de American Airlines que lo trasladaría desde Nueva York con destino a Filadelfia. El vocero del Vaticano, Federico Lombardi, reconoció que el Papa sufre dolores en la cadera y es sometido a sesiones regulares de fisioterapia. “Tiene problemas en el movimiento de sus piernas. Algunos días está mejor que otros. Durante un viaje como este, en el que debe desplazarse a menudo, está un poco fatigado físicamente”, señaló. “Es normal. Pero felizmente duerme muy bien”, bromeó el portavoz papal. Francisco ya había dado señales de cansancio en medio de su gira latinoamericana. Durante el tercer destino de su viaje, Paraguay, cuando estaba a punto de recorrer un penal de mujeres en la capital del país, Francisco debió suspender la actividad y confesó al capellán Luis Arias, casi rogando: “No doy más”. El descanso llegará mañana, cuando el Papa aterrice en el aeropuerto de Roma.