Domingo, 29 de junio de 2008 | Hoy
EL PAíS › LOS CAMPAMENTOS FRENTE AL CONGRESO SON TODA UNA ATRACCION
Curiosos y turistas se dieron cita en el primer día del fin de semana, la mayoría con sus cámaras digitales y celulares en mano. Ruralistas y militantes K se disputaron los visitantes, a quienes recibieron con propuestas recreativas.
Las personas recorrían la plaza del Congreso como si fuera un paseo turístico más de la Ciudad de Buenos Aires. Murgas, documentales y espectáculos infantiles en las carpas kirchneristas. Folklore, tortas fritas, mate y danza en la carpa de las entidades agropecuarias, ambientada con pasto artificial a tono con el campo. A pasitos unos de otros, compartían un espacio público que hasta la implantación de las retenciones móviles parecía exclusivo de piqueteros y movimientos sociales. “Para el campo lo que es del campo/ porque el campo lo trabajó”, coreaban entre los ruralistas. “Consumo/ consumo/ consumo”, criticaba la murga “¿Qué te importa?”, en el sector del Movimiento Evita.
El ex presidente de la Sociedad Rural Enrique Crotto, la dirigente del MST Vilma Ripoll, y hasta el personaje mediático Guido Süller se mezclaron ayer entre militantes sociales, productores rurales y público en general. Unas carpas más pequeñas servían de parada intermedia en el corto camino de un bando al otro. El Movimiento al Socialismo (MAS) reclamaba la “expropiación de los capitalistas agrarios”, en contra de la explotación laboral de los peones rurales. “Ni con Cristina, ni con el campo”, decía su bandera. Del lado de Rivadavia, a la mitad de la plaza, se ubicaba una pequeña tienda de los pueblos indígenas expulsados de sus tierras por la expansión de la frontera sojera.
Por la tarde ya no se veían turistas extranjeros, que habían pasado por las carpas alrededor de las 11 de la mañana. Después de una breve recorrida se fueron a almorzar y continuaron con los tours porteños más tradicionales. Las cámaras digitales y celulares, sin embargo, seguían siendo un rasgo común de un público distendido que aprovechó para pasar el rato en familia. Las seis carpas kirchneristas parecían menos pobladas porque se dividían los participantes. Los más chiquitos, sentados en el piso y acompañados por sus padres, preferían una obra de teatro con títeres y un actor-payaso. Más tarde, en ese mismo espacio la murga entonaba canciones con críticas al sector rural y en contra del consumismo capitalista. Al finalizar llegó la hora de pasar la gorra para la panadería “Las manos en la masa”, que ofrecía sus productos, hechos por los propios militantes.
Durante dos períodos consecutivos Enrique Crotto fue presidente de la entidad agropecuaria que representa a los productores más grandes. Pasó al frente de la Sociedad Rural desde mediados del menemismo hasta el 2002, poco después de las primeras retenciones, impuestas por Eduardo Duhalde luego de la devaluación. En aquel momento Crotto pronosticó la caída de la producción en 20 millones de toneladas, algo que jamás sucedió, sino todo lo contrario. Ayer se lo pudo ver de bajo perfil en la carpa ruralista. “Yo soy muy respetuoso de las jerarquías, soy ex”, le dijo a este diario, en clara alusión a la influencia del ex presidente Néstor Kirchner.
El ex dirigente rural criticó duramente al secretario de Agricultura, Javier de Urquiza, a quien conoce “desde hace años”, no por su condición de funcionario, sino por la de productor. “Todo lo que está pasando, toda esta gente que está acá, demuestra que el campo no se equivocó”, aseguró Crotto y calificó a Alfredo De Angeli como “un fenómeno”, debido a la simpleza con la que explicó las retenciones. Entre saludos a unos pocos que lo reconocieron, prefirió evitar las posturas intransigentes y se animó a decir que para salir del conflicto es necesario “buscar una solución intermedia”, que satisfaga a las dos partes.
“¿Y eso qué es?, ¿y para qué es?, ¿y por qué lo tenés?”, interrogó Matías a un cronista de PáginaI12. “Es un anotador, para escribir las cosas que tengo que acordarme porque estoy trabajando”, respondió ante la intrépida seguidilla de preguntas. Pero el diálogo de repente tomó un rumbo inusitado: “¿Y vos a quién vas a votar?, ¿a Cristina?”. Matías tiene 5 años. Estaba en la plaza con su mamá y señalaba enojado la basura tirada en el piso: “Yo no los voto a ninguno de los dos porque mirá cómo dejan todo sucio”, completó ante la mirada atónita del periodista.
El puesto del Movimiento Socialista de los Trabajadores llamó la atención de más de uno que aparecía por la carpa verde. Incluso alguna discusión con los militantes subió el tono de lo que se parecía a una peña improvisada. “Andate a la carpa de la opulencia que sale ocho mil pesos por día. Vos sos un provocador de D’Elía”, le retrucó un joven del MST a un hombre que les recriminaba el apoyo a los ruralistas. “Nosotros apoyamos a los pequeños productores, a los que las compensaciones no les llegan. Si realmente los quieren compensar por qué no los diferencian previamente. A los oligarcas sí, con todo”, argumentó Ripoll a este diario.
Detrás de esa carpa asomó la estrella fugaz de la farándula Guido Süller. Habló con los productores mientras detrás del vallado unas chicas que hacían cola para recibir su torta frita gritaban su nombre. Süller estaba trabajando para un canal de televisión y recibió el afecto de la gente. “Hay mejor onda en la carpa de los productores porque yo soy popular”, afirmó el hermano de Silvia.
Aunque el conflicto por las retenciones inundaba las conversaciones, la falta de actividad del Congreso y la ausencia de los protagonistas dio lugar al entretenimiento.
Informe: Sebastián Abrevaya.
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