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Gabriela Michetti hace su entrada, espléndida después de la operación de columna y de un mes de descanso del ajetreo de la gestión. Recibe a PáginaI12 en su casa, recientemente remodelada, casi a nuevo. Llega cargada de bolsas de regalos de sus amigos. “Fue casi como un casamiento”, comenta, entre risas. Una vez más, la vicejefa de Gobierno dirá que no quiere ser candidata a diputada en 2009, pero no descarta postularse para jefa de Gobierno en 2011. En esta entrevista, defiende al gobierno porteño por el conflicto de las becas y los salarios docentes, la falta de insumos en hospitales, el avance sobre la Justicia y hasta le apunta a los militantes de Greenpeace: “Antes cobraban 500 mil pesos por año.”

–¿Está lista para ser jefa de Gobierno?

–No. No estoy lista. Soy de las que piensan que cuando uno da un paso en ese sentido, se tiene que sentir lista. Sí puedo decir que estoy haciendo un camino que me puede hacer sentir lista más adelante.

–¿Le dijo a Macri que no quiere ser candidata en 2009?

–Sí, ya sabe que no quiero ser. Y yo sé que es una de las cosas que él tiene en la cabeza. Pero preferiría realmente no ser candidata.

–¿Qué le respondió Macri?

–No, no lo hablamos solos. Es un tema que está, que se habla, que hay miles de reuniones sobre eso. Pero decidimos tener esa conversación más adelante. En el PRO hay pocos dirigentes que sean conocidos, lo que no quiere decir que seamos los mejores. Pero en una campaña lo primero que necesitás es conocimiento...

–“Si lo conocés, lo votás.”

–¿Quién era ése?

–Daniel Filmus.

–(Se ríe.) No funcionó en ese caso.

–¿Si no es usted, quién puede ser?

–A mí la gente me conoció en dos meses. Tenemos muchos ministros, diputados: Lombardi, Montenegro, Santilli. Ellos podrían ser candidatos y representan bien al PRO.

–¿Y Rodríguez Larreta?

–Yo creo que Horacio puede ser candidato a diputado, a legislador. Es uno de los dirigentes del partido que viene trabajando con nosotros casi desde el inicio del proyecto (se sumó un poquitito después) y tiene el rol de jefe de Gabinete. Por supuesto que puede ser.

–¿Ya tienen decidido desdoblar las elecciones?

–No. Pero no me parece mal que se desdoblen, para fortalecer lo autonómico.

–¿Iría sexta en la lista, como dijo que va a hacer Carrió?

–No se me ocurre. Es raro y me cuesta entenderlo.

–¿Prat Gay podría haber sido candidato de ustedes?

–Alfonso fue parte de nuestros equipos técnicos. Mauricio tiene una carta muy elogiosa de Alfonso de 2003. Alfonso se va cuando Mauricio decide presentarse en la ciudad, ya que él quería que fuera a presidente.

–Si Macri se fuera de viaje, ¿recibiría a los opositores?

–Cuando me preguntan si haría lo de Cobos, lo que ocurre es que es tan distinta la relación con Mauricio. No me parece mal lo que hizo y ni que haya sido una traición.

–Macri viaja en noviembre, ¿va a tener un encuentro con Ibarra?

–No tengo ningún problema. Mauricio creo que charló con él. No lo vería mal. El dice que tenemos que hablar con todos, más allá de que le caiga alguno más simpático que otro.

Becas y aspirinas

–¿Cómo se explica que hayan presentado 700 recusaciones contra un juez, luego de haber cuestionado la reforma del Consejo de la Magistratura?

–Cuando fue lo del Consejo, hubo posiciones divididas. No todos pensamos que estaba mal.

–¿O sea que coincide con la reforma que hizo la Presidenta?

–Sí, sí. Yo creo que el Poder Judicial requiere mucha más independencia del poder político. Y el poder político logró colonizar demasiado al sistema judicial. Todos sabemos de los contratos, de las propuestas de candidatos a jueces...

–... algunos se llevan jueces como ministros.

–Sí, bueno, pero eso fue una decisión de Montenegro.

–Volviendo a lo del juez Roberto Andrés Gallardo, ¿por qué recurrieron a ese mecanismo?

–Hay algunos jueces (no todos) que generaron una cultura de intromisión en las facultades del Ejecutivo. A Gallardo la Cámara le rechazó lo que hizo con Casa Amarilla y con los empleados, cuando dijimos que no laburaban y se robaban la plata de los vecinos. El se puso de su lado, sin hacer ninguna investigación: fue una acción política.

–¿También con la citación por la muerte de un bebé en Parque Roca?

–Eso fue acusar al Poder Ejecutivo por una cosa en la que no tiene ninguna responsabilidad, ya que los elementos estaban a disposición. El bebé no muere porque no estuviera la combi para llevarlo al hospital. Los médicos no podían entrar por los problemas de violencia que tenían cuando entraban al lugar. No se puede entrar a ese lugar, que por imposición de la Justicia tiene la seguridad contratada por la Fundación Madres de Plaza de Mayo. Se les paga a las Madres para que pongan seguridad.

–Se trata de un centro de refugiados del gobierno porteño, ¿en qué sentido no tiene responsabilidad por la falta de médicos?

–Porque la seguridad de las Madres no funcionó nunca en ese lugar. Y Gallardo asumió una posición política y no de Justicia independiente.

–¿Por eso recurrieron a este atajo institucional?

–No sé si fue un atajo institucional, fue una herramienta que está dentro de las instituciones.

–La definición de que fue un atajo institucional se desprende de los fallos de la Cámara, que rechazó las recusaciones...

–Sotto voce, muchos jueces nos dicen que están de acuerdo, pero cuando se hace una cosa así, la corporación funciona como corporación. Ahí también hay cosas que cambiar.

–¿Los terrenos de Casa Amarilla se los piensan dar a Boca?

–No, de ninguna manera se va a generar una situación de irregularidad de semejante tamaño. Sería alevoso.

–¿Por qué no hubo diálogo con los estudiantes secundarios en el conflicto por las becas?

–No es tan así que no hubo diálogo. Puede ser que no se hayan juntado con el ministro. Tuvieron reuniones con diversos funcionarios. Porque la verdad es que el diálogo se planteó de una forma agresiva...

–¿No ocurrió lo mismo con las entidades rurales?

–No, en ese caso, no tomaron un ministerio. A Mariano (Narodowski) le tomaron las oficinas y se encontró en una situación de agresión personal.

–¿Cortar rutas por todo el país es menos agresivo?

–Está bien, no es menor. Pero no fue una agresión física a la persona. Y no eran situaciones fáciles, pero los canales de diálogo estuvieron.

–Hubo críticas con la confección de listas de estudiantes...

–Mariano fue claro el día tres: dijo que no les iban a faltar becas a quienes la necesitaran. Nuestra filosofía –absolutamente progresista– es que las becas tienen que ir a los sectores de menores recursos y ahí se tiene que concentrar la ayuda del Estado y no agarrar esa masa de dinero y repartirla por todos lados. ¿Qué pasó? Hubo un altísimo error de implementación en el recorte, como del 50 o 60 por ciento. Afectamos a los sectores a los que justamente queríamos ayudar. Los criterios se van a cambiar –porque hoy en día podés ser propietario y no poder mantener a los chicos en el colegio– y se va a hacer una nueva ley. Tenemos el presupuesto más alto en educación.

–Entonces, ¿por qué no les dan un segundo aumento a los docentes?

–A los docentes se les dio el 24 por ciento. No es que no les dimos. Lo que ocurre es que en la ciudad hay una deuda social muy atrasada en la infraestructura escolar, en las capacitaciones docentes, en los centros de asistencia primaria de salud. Tuvimos que priorizar eso y este año no nos queda plata para aumentarle a los maestros. No quiere decir que no nos encantaría hacerlo y que digamos: “Che, los docentes ganan bárbaro”. Pero van a trabajar mucho más cómodos, porque no van a tener las mismas escuelas que tenían. Uno compensa de esa manera. Vamos a tener todas las escuelas arregladas al 30 de junio.

–¿Cómo lo van a lograr si tan sólo ejecutaron el 9 por ciento del presupuesto destinado a refacción de escuelas?

–La subejecución suena fuerte, porque los niveles son muy bajos. Esta es una autocrítica que tenemos que hacer: lo que ocurrió es que tuvimos un retraso en los primeros cuatro meses para ordenar a los proveedores. Había deudas calamitosas y redeterminaciones de precios no resueltas. Los papeles no estaban por ningún lado. Los empresarios, que se creían que con Macri tenían la cosa más fácil, se enojaron. Queremos llegar a fin de año con una aceleración en el segundo semestre, que comprometa todo el dinero del presupuesto, para que no siga siendo subejecutado.

–¿Por qué no hay insumos en los hospitales?

–Tratamos de cambiar el sistema descentralizado de compras, donde cada hospital compraba por su cuenta, y las compras se hacían en un 70 por ciento a través de la ley de emergencia. Se compraban aspirinas y algodón por emergencia, era un disparate. Eran compras sin control y llegó a haber compras que eran 700 veces más caras que en otro hospital. Ahí tenés resistencia a que no les quites la quinta. Pero también hubo un error: tratamos de hacer un cambio de la noche a la mañana, algo muy eficientista. Y tenemos que hacer algo más gradual. Por eso, a los hospitales que tienen problemas de insumos los ministros de Hacienda y Salud están yendo para ver qué falta realmente y qué es espuma o resistencia de la corrupción.

–¿Cómo evalúa la decisión de Federico Young de contratar como inspectores a ex agentes de la SIDE en el menemismo y coroneles retirados cercanos a Cecilia Pando para la Agencia Gubernamental de Control?

–(Piensa un rato largo.) Es un tema del que me gustaría tener mayor información. No querría ser injusta discriminando a personas que pueden ejercer perfectamente un cargo, si no tienen impedimento. Y que además sean personas defensoras a ultranza de la democracia, la república y que tengan muy claro que lo que pasó en la dictadura son aberraciones que uno tiene que condenar. Quisiera estar segura de que son personas que tienen nuestros valores en términos de democracia.

–¿Van a arrestar a todos los que protesten, como pasó con Greenpeace?

–No, pero rompieron un candado y entraron al Obelisco y eso está mal. Nadie nos reconoce que por primera vez el gobierno del que menos se esperaba hizo algo por los cartoneros. Yo lo volví loco a Juan Pablo (Piccardo) y estamos haciendo un esfuerzo en contra de los vecinos, que cuando les decimos que le vamos a dar trabajo, te contestan: “No me metas el cartonero, sacámelo de encima”. Nos estamos jugando para incorporar a los cartoneros en cooperativas, como nunca lo hizo la provincia. Y ninguno de los progresistas dice nada. Lo único que hicieron Ibarra y Telerman fue un registro y se olvidaron de ellos. Los que protestan son de Greenpeace, que cobraban 500 mil pesos por año para asesorar al gobierno porteño. Nadie dice eso.