- Vino democrático. El merchandising radical estuvo a la orden del día. Como en cada reunión, hubo fotos de los máximos referentes partidarios, libros sobre la UCR, llaveros y prendedores. Pero la estrella fue el vino “Democracia-25 años”. Un bivarietal, Syrah-Malbec, cosecha 2007 de la provincia de San Juan, producido por radicales de Caucete, que están juntando fondos para crear un comité en la zona. Además de tener el escudo radical en la etiqueta, el corcho está adornado con una boinita blanca.

- Preocupación. El intendente de Mina Clavero, el radical Alberto Giménez, fue preocupado a hablar con el titular del partido, Gerardo Morales. Quería evitar que la convención terminara igual que la jornada anterior, cuando la Juventud copó el escenario con sus bombos y banderas. La propuesta era que, bajo custodia de la policía local, el cierre del encuentro se realizara a las afueras del teatro Milac Navara. La moción no prosperó pero finalmente la Juventud terminó conteniendo su euforia y no hubo desmanes.

- El elegido. Aunque en Mina Clavero hay varios restaurantes, la mayoría de la dirigencia radical, tanto de la línea aperturista del partido como de la conducción oficial, coincidió en su elección. Enrique “Coti” Nosiglia, Pablo Verani, Rafael Pascual, Oscar Aguad, Fernando Chironi y Rubén Lancetta, entre otros, dejaron de lado sus diferencias a la hora del almuerzo y la cena y confluyeron en un mismo lugar.

- Disconforme. Al turno de los discursos de quienes pedían la palabra, un militante cuestionó la elección de Mina Clavero como ciudad de la convención. Los abucheos no se hicieron esperar pero continuó con su argumentación. “¿Por qué no se hizo en Buenos Aires, o en Rosario, o incluso en Córdoba capital? Así todos podían llegar más cómodamente”, explicó. Finalmente tuvo que intervenir el presidente de la convención, Hipólito Solari Yrigoyen, para pedir respeto a la palabra del orador.