Jueves, 22 de abril de 2010 | Hoy
EL PAíS › LA REFORMA DEL IMPUESTO AL CHEQUE, DE UN LADO AL OTRO EN EL CONGRESO
El titular de Diputados, Eduardo Fellner, devolvió la iniciativa al Senado con el argumento de que allí no fue aprobada según lo establecido en la Constitución. Julio Cobos la devolvió a la Cámara baja, donde será puesta a consideración en la próxima sesión.
Por Sebastian Abrevaya
Fue y volvió. El presidente de Diputados, Eduardo Fellner, devolvió ayer al Senado la modificación del impuesto al cheque, tras considerar que la media sanción de esa Cámara no cumplió con los requisitos constitucionales para su aprobación. Un par de horas más tarde, el vicepresidente Julio Cobos agarró la respuesta que ya tenía preparada y volvió a remitirle el expediente con el argumento de que se trató de una resolución votada por el cuerpo, que excede la voluntad de su titular, así como también la suya. Tal como les había anticipado por carta a los jefes opositores, Fellner se comprometió entonces a someter la controversia a consideración del pleno de la Cámara baja en la próxima sesión. Los bloques de diputados de la UCR, el Peronismo Federal, la Coalición Cívica y el PRO darán hoy una conferencia de prensa para informar la postura frente al tratamiento del proyecto de ley de coparticipación plena del impuesto al cheque, y el oficialismo, se sabe, reiterará su posición en contra. Ahora la batalla por los 10 mil millones de pesos que la nación resignaría en favor de las provincias pasó al otro lado del Congreso.
Aunque había adelantado que lo meditaría hasta el viernes, Fellner adelantó su decisión y rechazó la media sanción con un escrito de tres carillas. Según el jujeño, no corresponde el argumento repetido por la oposición de que la derogación de un artículo de una ley no implica una modificación, ya que “la eliminación es una modificación, precisamente la mayor posible”. “Por ende –continúa Fellner–, si se deroga la asignación específica es aplicable la norma del referido inciso 3 del artículo 75 de la Constitución, que establece la necesidad de la mayoría absoluta (37 votos) para su sanción. La media sanción del Senado se aprobó con 35 votos a favor y 33 en contra.”
El titular de la Cámara consideró que basta con una interpretación “de buena fe” de la Carta Magna para entender que cuando ésta habla expresamente de “creación y modificación, toda la materia está alcanzada por el requisito de la mayoría calificada”. El ex gobernador recordó que cuando se sancionó la ley del cheque “no sólo fue votada con mayoría especial, sino que hasta se consignó en su texto que se hacía en el marco del inciso 3 del artículo 75 de la CN”.
Otro de los argumentos que refutó el titular de Diputados es el del cambio de dictamen al que recurrieron los senadores opositores al ver que con el proyecto original no podrían sortear el requisito de los 37 votos, que no tenían. “Si bien cambió su texto, no hay diferencia en sus consecuencias jurídicas, así que es obvio que necesitaba una mayoría calificada”, concluyó Fellner.
Encerrado en su despacho, Fellner logró una salida decorosa a las presiones cruzadas del oficialismo y la oposición, que fuentes parlamentarias revelaron consensuada con ambas partes. Rechazó de plano la iniciativa del Senado, pero al mismo tiempo les envió una carta a los jefes de bloque adelantando su tratamiento en el pleno de Diputados en el –casi cantado– caso de que Cobos lo mandara de vuelta.
Por ese motivo, la oposición se abstuvo ayer de reclamar su cabeza, mientras que el oficialismo salió a respaldarlo en boca del senador Miguel Pichetto y del titular de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamentos, el diputado Gerónimo Vargas Aignasse. “En el Senado defendemos al oficialismo con lo que tenemos. Nuestras armas secretas son un par de escarbadientes usados. Pero en Diputados es peor, ya no tienen ni escarbadientes”, sintetizó un operador kirchnerista. En ese contexto, el oficialismo ofrecerá toda la resistencia posible cuando se trate el tema en el recinto, aunque reconocen que será difícil revertir la mayoría que ha logrado imponer la oposición en la Cámara baja.
La celeridad con la que Cobos devolvió el planteo de Fellner confirmó que ya tenía preparada buena parte de su respuesta. Si bien el titular del Senado aceptó la facultad de su par en Diputados para evaluar de forma preliminar la constitucionalidad de los asuntos que le remiten, consideró que en este caso no corresponde porque “la discusión sobre el encuadramiento constitucional se dio en el pleno de la Cámara, previo a la votación del proyecto y resuelto por los senadores”. “El Senado de la Nación, en sesión plenaria, resolvió considerar el asunto con el enfoque y las mayorías ya explicadas”, por lo tanto, según Cobos “excede por completo la posibilidad constitucional” de Fellner devolver la sanción “a título personal y por las consideraciones que se advierten”.
En cambio, el vicepresidente le recomendó enviar el tema para el análisis de la Comisión de Asuntos Constitucionales –presidida por la peronista disidente Graciela Camaño– o someterlo a consideración del pleno. El vicepresidente adjuntó un dictamen de la Dirección de Asuntos Jurídicos respaldando su postura.
Llegó entonces el turno de Diputados, que antes de internarse en el debate de la distribución de los recursos que la nación recauda por el impuesto al cheque, deberá saldar la discusión sobre la constitucionalidad del voto. Se espera que la oposición imponga su superioridad numérica, mecanismo que le cuestionó durante años al oficialismo, cuando éste tenía mayoría. Fuentes parlamentarias señalaban ayer que de sancionarse la modificación la Presidenta utilizaría su poder de veto, fundamentado no sólo en motivos políticos sino en los argumentos jurídicos de su inconstitucionalidad. Por el momento, fuentes del bloque kirchnerista descartaban una impugnación en sede judicial.
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