La discusión dentro del Grupo A por la rebaja de las retenciones agropecuarias todavía no está sellada. El núcleo duro opositor –UCR, PJ disidente, CC, PRO y GEN– anunció un “principio de acuerdo”, que no avaló el socialismo, para bajar al 25 por ciento la alícuota para la soja y eliminar los derechos de exportación para maíz, trigo, girasol y sorgo. Pero los agrodiputados radicales y dirigentes de la Federación Agraria Argentina (FAA) Ulises Forte y Pablo Orsolini ratificaron su propia iniciativa que se aparta de la propuesta opositora de eliminar el gravamen y propone la rebaja y segmentación de las retenciones para todos los cereales y oleaginosas. Sin embargo, los legisladores ruralistas tomaron distancia de la dura puja entre el presidente de la FAA Eduardo Buzzi y la líder opositora Elisa Carrió por el mismo tema: “Que se hagan responsables ellos, yo no soy árbitro”, sentenció Forte a Página/12.

Menos de 24 horas después de que los principales bloques parlamentarios anti K dieron por hecho el “principio de acuerdo”, los agrodiputados federados que integran el bloque radical salieron al cruce de la propuesta opositora. “Están dados los consensos básicos para segmentar las retenciones”, afirmó Forte a través de un comunicado y reivindicó el proyecto que presentó junto a Orsolini para diferenciar a los pequeños y medianos productores de los pools de siembra. “Un criterio que permitirá terminar con las situaciones de inequidad que se dan hoy, a raíz de que todos los productores pagan lo mismo, sin importar su escala”, ratificó el diputado pampeano.

Con mayor sintonía con la propuesta socialista, Forte y Orsolini proponen su propia escala de retenciones de acuerdo con el nivel de producción, que en el caso de la soja tiene un techo del 33 por ciento y un piso sin carga impositiva para las primeras 600 toneladas. Para el trigo un techo del 20 por ciento y un piso de 900 toneladas; un techo del 18 por ciento y un piso de 1200 toneladas para el maíz; mientras que para el girasol el techo es del 15 por ciento con un piso de 600 toneladas.

Los socialistas y radicales federados no están dispuestos a sacar los pies del plato y participarán de la “comisión técnica” que la próxima semana volverá a discutir la propuesta. Allí también habrá un análisis sobre “el costo fiscal” que produciría la medida, otro tema que genera grietas en el arco parlamentario anti K. El radical bonaerense Leopoldo Moreau también consideró “inadmisible” el planteo del Grupo A. “Si esta propuesta prospera, no sólo se produciría un desfasaje en las cuentas fiscales sino, lo que es más grave, provocaría –particularmente en el caso de la soja– una fortísima transferencia de ingresos a favor de un sector concentrado de la actividad agrícola”, advirtió.