El juez porteño Roberto Gallardo le ordenó al gobierno de Mauricio Macri que, en el plazo de cinco días, retire el cartel publicitario que instaló la empresa Coca-Cola frente al Obelisco. Lo dispuso a partir de un informe de la Superintendencia Federal de Bomberos en el que se da cuenta de que, ante un eventual incendio del edificio donde está instalado, “se verían seriamente dificultadas las tareas de rescate y extinción” debido a que “el enrejado constitutivo del cartel y la estructura de sustentación no permitirían el libre acceso del personal operativo, vulnerando la protección contra incendios que establece el Código de Edificación de la ciudad”. El gobierno de la ciudad apelará la medida y esperará una resolución de la Cámara antes de proceder a la remoción del letrero.

Gallardo ya había ordenado, el 15 de junio último, apagar el cartel luminoso al hacer lugar a un recurso de amparo presentado por los diputados porteños Eduardo Epszteyn, Aníbal Ibarra y Martín Hourest. Los legisladores sostenían que el letrero –con una altura de 21 metros– violaba los límites establecidos por la Ley de Publicidad en la Vía Pública y además representaba un riesgo para la seguridad vial.

El juez dispuso que la medida debe adoptarse en forma “urgente y expedita” y ordenó que si no se cumple para el próximo miércoles 14 se le dé intervención a la Superintendencia de Bomberos para que proceda “al retiro de los dispositivos publicitarios”. Para Gallardo, la colocación de ese panel frente a las ventanas podría representar una eventual “trampa” para los ocupantes del edificio en caso de un siniestro.

Desde el gobierno de la ciudad, el director de Ordenamiento del Espacio Público, Juan Carlos Poli, aseguró que el Ejecutivo apelará la medida el lunes próximo al entender que “las medidas de seguridad están garantizadas”. Poli dijo que el cartel está conformado por “paneles de aluminio ignífugo que pueden retirarse para acceder al edificio por las ventanas, en caso de emergencia” y que también existe en su estructura “una suerte de pasarelas”. Argumentó que la pantalla no ocupa todo el frente del edificio –ubicado sobre Carlos Pellegrini, esquina Diagonal Norte–, por lo cual permite el acceso desde el exterior por las ventanas en el sector no cubierto.

Gallardo había autorizado el jueves 1º de julio, en forma excepcional, el encendido de la pantalla el sábado pasado, desde las 10.55 hasta la finalización del partido Argentina-Alemania, sólo para la transmisión de ese encuentro, con la condición de que no se emita publicidad. Como el gobierno porteño, que había pedido el permiso, consideró que no tenía tiempo de garantizar la seguridad del evento, la empresa Coca-Cola acudió rápidamente al Ministerio de Justicia de la Nación y consiguió que la Policía Federal se hiciera cargo del operativo. Para entonces, el juez no había recibido el informe de la Superintendencia de Bomberos.