Domingo, 28 de noviembre de 2010 | Hoy
EL PAíS › EL TRIPLE CRIMEN DE POLICIAS EN LA TRANSMISORA DE LA PLATA
Un análisis de ADN demostró esta semana que no se trató de un caso de drogas o un crimen pasional, sino de una maniobra para enturbiar el clima en las elecciones que ganó Cristina Kirchner hace tres años.
Por Raúl Kollmann
El sangriento triple crimen de la planta transmisora de La Plata tuvo como objetivo desestabilizar las elecciones de 2007 que estaba a punto de ganar Cristina Fernández de Kirchner, instalar un clima de terror manipulando el tema de la inseguridad y, al mismo tiempo, pegarle por elevación al entonces ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian. Durante tres años se habló de crímenes pasionales y robo de drogas, pero un ADN conocido esta semana demuestra que el triple crimen fue político. Un ex policía, Marcos Casetti, fue presuntamente emborrachado o drogado dentro de la cárcel, y luego lo filmaron en un video en el que contó que perpetró la masacre junto a otros dos uniformados. El objetivo era robar armas, producir después un gran secuestro o un atentado contra el ministerio de Seguridad. En la grabación, Casetti le atribuye la responsabilidad a Quebracho, pero resulta poco creíble que un ex policía, un hijo de un comisario y un hijo de un penitenciario reportaran a una organización de izquierda.
Al oficial Alejandro Vatalaro lo mataron con 33 puñaladas, varias en la cara. Su compañero Ricardo Torres Barboza recibió 14. Al sargento Pedro Díaz lo remataron a balazos, pero antes le metieron una puñalada tan brutal que le partió una costilla. Tanta sangre no tenía explicación, excepto para sembrar el terror e influir con la cuestión de la inseguridad en las elecciones. Pero la investigación fue para otro lado: se investigó una venganza pasional y se dijo que fueron a robar drogas.
Hace exactamente un año apareció el video en el que el policía Casetti, filmado en la cárcel, contaba su participación en el triple crimen. Página/12 señaló en aquel momento que los dichos de Casetti debían investigarse, porque la hipótesis política era muy creíble. “Yo al chabón le di como diez (puñaladas) y el último puñaladón que le metí, le di por la espalda, lo pasé de lado a lado. La hoja era así de ancha. Al otro guacho le mandé tiro, le pegué en el pecho y cae atrás. Saqué el fierro, pum, pum, le mandé atrás de la puerta al gil”, confesaba.
En ex policía contó que perpetró la masacre con el hijo de un comisario, Fernando Maciel, y con el hijo de un penitenciario, Mario Filippi. La participación de Casetti en el triple crimen parece más que probada:
- Sus huellas aparecían en un llavero tirado. Y eran recientes, o sea del momento del ataque.
- Se utilizó una pistola de la bonaerense. Justito Casetti dijo que perdió su pistola.
- Todo indicaba que el ataque fue perpetrado por alguien que conocía muy bien el lugar. Y lo cierto es que Casetti trabajaba allí, era compañero de los policías asesinados.
Lo que produjo un enorme vuelco en la investigación es que se habría comprobado, por estudios de ADN, que el perfil genético del hijo del comisario Fernando Maciel apareció en pelos, una toalla y un colchón de la escena del crimen. Además, en la planta también se encontró tirado un perfumero con una huella que resultó ser de Maciel. Según trascendió, la casa del hijo del comisario fue allanada y allí secuestraron elementos para hacer el ADN.
Si todas estas evidencias se confirman, quedaría probado que Maciel participó del ataque, haciendo verosímil el video grabado por Casetti. Así lo consideró la Cámara Penal de La Plata, que de inmediato dejó en libertad, por falta de mérito, a cinco detenidos que tenía la causa hasta el momento. Sigue detenido Casetti y está prófugo Maciel, que los que quieren echarle la culpa a Quebracho dicen que está en Venezuela. Respecto de Filippi, no se han podido conseguir evidencias que lo incriminen.
El fiscal Marcelo Romero, principal investigador del caso, siempre pensó que la filmación Casetti fue una maniobra armada en la que él se sacrificaba admitiendo la masacre, pero liberaba a todos los demás detenidos. Las pruebas contra el ex policía ya eran contundentes y su condena estaba cantada. Pero ahora, con el ADN de Maciel los dichos de Casetti parecen reafirmarse y vuelve con toda fuerza la hipótesis política.
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