La Asociación Madres de Plaza de Mayo realizó el denominado “Juicio ético y político a los violadores de la palabra de Jesús”, en el que se condenó simbólicamente a aquellos miembros de la Iglesia Católica que colaboraron con la última dictadura. Durante el acto realizado ayer en Plaza de Mayo, cinco testigos aportaron sus testimonios sobre la complicidad de la jerarquía religiosa con el terrorismo de Estado, además de señalar el rol que jugó el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, en la desaparición de los curas de la Compañía de Jesús Orlando Yorio y Francisco Jalics. Ante el “tribunal”, presidido por la titular de Madres, Hebe de Bonafini, y el abogado Roberto Boico, expusieron Eduardo De la Serna, Claudia Nigro, Enrique Stola, Rubén Dri y Jesús Plaza. El juicio terminó cuando el tribunal, compuesto por el público, condenó a los miembros de la Iglesia “cómplices del genocidio” a la pena simbólica de “reclusión perpetua”.