Domingo, 26 de mayo de 2013 | Hoy
EL PAíS › MASIVO CONCIERTO EN EL ESCENARIO FRENTE A LA CASA ROSADA
Silvio Rodríguez, Fito Páez, Café Tacvba, Os Paralamas, el Chango Spasiuk, la sinfónica Simón Bolívar y otras bandas y solistas sacudieron la fiesta con horas de música. La asistencia fue realmente masiva.
Por María Daniela Yaccar
La música escoltó a la Patria en los festejos por el 25 de mayo en la Plaza. Fue un megaevento de impronta latinoamericana, emotivo y con una organización destacada. Participaron Café Tacvba, Silvio Rodríguez, Fito Páez, el Chango Spasiuk, Pablo Lescano, Ignacio Copani, Os Paralamas, La Bomba de Tiempo y Fenna Della Maggiora, entre otros. Según los organizadores, lo disfrutaron 700 mil personas. Hubo performances en los edificios aledaños y mappings en la Casa Rosada y en el Cabildo, que narraron 203 años de historia nacional y los logros de la década.
Poco antes de las 14, los primeros en ocupar el escenario fueron Andy Chango, Fenna Della Maggiora, Ignacio Copani, Banda Trinidad (Paraguay) y Falta y Resto (Uruguay). Della Maggiora abrió y luego Copani entonó su célebre “Cacerolas de teflón”. Falta y Resto aprovechó para referirse a las dictaduras del Cono Sur, con la canción “Con el mismo corazón”.
Para entonces, llegar a la Plaza ya era una complicación. Cerca de las 16 llegó Fito Páez, uno de los más esperados en la fiesta popular, con un traje blanco que detrás tenía bordado un sol dorado. Su corbata celeste terminaba de dibujar la bandera argentina. El rosarino compartió escenario con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, de Venezuela. Las cuerdas subieron el nivel de emotividad de esos temas que todos conocían y corearon, como “Dar es dar” y “Mariposa technicolor”, con el que recordó al fallecido Gerardo Gandini, pianista y compositor. Páez ofreció, además, una obra de Chico Buarque (“Construcción”) y “un tema de otro genio americano”, “Te recuerdo, Amanda”, de Víctor Jara. También “Canción para mi muerte”, de Charly García. Los bombos de las agrupaciones lo acompañaban y él lo celebró. “Vamos a rockear un poco”, invitó y sonó “Ciudad de pobres corazones”.
Facundo Nolasco, el joven jujeño al que Néstor Kirchner le regaló un violín, también tuvo su momento en el escenario. Ejecutó un carnavalito. “Vivan Jujuy, la Patria, Néstor y Cristina”, gritó el joven. Y entonces fue el turno del visitante extranjero más ansiado, Silvio Rodríguez. Más distante con el público que Páez –como lo es habitualmente–, el trovador cubano arrancó con “La gota de rocío” y continuó con el clásico “Playa Girón”. Siguieron “El mayor”, “Te doy una canción”, “El reparador de sueños” –dedicada a los niños– y “Oleo de mujer con sombrero”. “¿Podés creer esto? Estamos viendo a Silvio Rodríguez en la Plaza de Mayo”, le decía un adolescente a otro.
Jóvenes había muchísimos, también niños a caballito de sus padres que la cámara enfocaba mientras gobernaba la música, casi haciendo un videoclip in situ. Fue un evento para toda la familia y para todos los gustos: los amantes del folklore tuvieron su momento, con el Chango Spasiuk a la cabeza, quien fue secundado por La Bomba de Tiempo para una versión del Himno. Antes, actuó también el Ballet Folklórico Nacional. Tampoco quedaron afuera los que querían cumbia y de la buena: Pablo Lescano apareció en un escenario colgado de una grúa junto a Poncho. Fue el encuentro de la aceptación: la cumbia y la música electrónica se complementaron.
Lescano y Poncho tocaron justo después del final del discurso de la Presidenta, quien se movió al ritmo de “Alza las manos”, tema de Lescano que tuvo en esta ocasión una versión electrónica. Coincidieron los fuegos artificiales, los saludos de Fernández de Kirchner y el momento más bailable de la noche. Lescano, que ha recorrido todas las bailantas, pero que seguramente nunca había tocado por los aires, confesó que tenía miedo de actuar en esa caja voladora. “Esto es una fiesta. Es una alegría participar”, apuntó el líder de Damas Gratis.
“Coche viejo”, “Inundados” –dedicada a Charly García y a Los Pericos–, una emocionante versión de “Mi bandera”, de Sumo, y “Parate y mira” fueron los temas que eligió Os Paralamas. Una performance, con hombres colgando de un edificio mientras sonaba Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, hizo de puente para el acto final, protagonizado por Café Tacvba. Rubén Albarrán fue el artista que más habló en esta tarde-noche. “Vamos hacia un mundo más luminoso”, se esperanzó. Contó que había estado en la Plaza San Martín en la marcha contra Monsanto. “Las corporaciones intentar patentar la vida. Pero el aire, la tierra y el agua son regalos.” También envió un saludo a los pueblos originarios e instó a la sociedad civil a “ponerse en movimiento”. “Acá están las diferentes luchas: las lesbianas, los homosexuales, los heterosexuales. Todos –recalcó–. Nos tenemos que poner en acción para el mundo que queremos, uno más amplio en el que quepamos todos. Algo que nos une son los emprendimientos mineros.” Pidió un abrazo comunitario y fraternal, y el público obedeció. Sonaron “Déjate caer”, “Cómo te extraño”, “Las flores”, “Ingrata” y “El baile y el salón”, entre otros temas.
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