Viernes, 31 de enero de 2014 | Hoy
EL PAíS › LA MIRADA DE LOS CURAS
Por Washington Uranga
“Estamos convencidos de que los grupos dominantes no tienen aprecio por la democracia ni amor a la Patria”, sostiene el Grupo de curas en la opción por los pobres, en un comunicado difundido ayer con la finalidad de “decir unas palabras sobre el aumento del dólar y el temor a la crisis económica, las opiniones de los economistas en los medios y lo que parte de la prensa llama ‘el fin de un ciclo’ pretendiendo que el actual gobierno literalmente ‘se vaya’.” Para estos sacerdotes católicos de todo el país, la mayoría de ellos trabajando entre los sectores populares, a los sectores dominantes “les interesan las ganancias que puedan hacer aun a costa de perjudicar a otros y al país”. Aseguran también que los problemas deben resolverse con las herramientas de la democracia y no por fuera.
En el análisis sostienen que “el mundo es cada vez más desigual, en parte porque los grupos económicos y financieros ‘utilizan’ los mecanismos democráticos para ponerlos en función de sus ganancias”, mientras “presionan a los gobiernos para que hagan con la economía lo que más los beneficia a ellos aunque perjudiquen al trabajador, al pobre, al ciudadano común”. No se olvidan tampoco de “aquellos que ven insoportable que los pobres tengan acceso a bienes como computadoras, vacaciones o una mejor calidad de vida”.
“A esta película ya la vimos en 1976, 1982, 1989 y 2001”, señalan los curas, y “sabemos bien de qué se trata esto”. Recuerdan que entonces “grupos poderosos lograron hacer de la economía lo que ellos querían: poco después el país se incendió. Tras el incendio, vino la retirada luego de saquear el país, vaciarlo y quebrarlo en exclusivo beneficio propio”. Y señalan también las maniobras que incluyeron “grandes transferencias de capital para los sectores concentrados a costa de los ingresos del resto de la sociedad; aumentos de precios, congelamiento de sueldos, pobreza, desempleo, cierre de fábricas, desnutrición infantil y tantos otros males para los pobres y beneficios para los ricos”.
Sin embargo, sostienen, “el país no desapareció” y “con el tiempo y muchos sacrificios, el pueblo trabajador va resurgiendo. Y como si subiéramos por un palo enjabonado, cuando estamos llegando a una razonable estabilidad, nos quieren hacer resbalar de nuevo”.
En el documento tampoco falta el señalamiento directo de algunos responsables de la situación. Dicen los curas que “ayudados por sus cómplices de ciertos medios de comunicación que nos meten miedo –y también de la mala memoria de tantos– volvemos a ver en las pantallas o leer en los diarios declaraciones de Daniel Marx, Domingo Cavallo, José Luis Espert, Aldo Pignanelli y tantos ‘iluminados’ del neoliberalismo de los años ’90 que nos resultan preocupantes”.
Son, dicen los curas, “banqueros, empresarios petroleros, exportadores agroganaderos, políticos y sindicalistas sin escrúpulos, sumados a los medios formadores de opinión (que) parecieran querer hacer todo lo que esté a su alcance, siempre poderoso, para que el país se incendie”.
Los sacerdotes católicos en la opción por los pobres señalan también que las consecuencias son previsibles: “Pobres cada vez más pobres a costa de ricos cada vez más ricos”. Recuerdan que “el papa Francisco ha denunciado que hay familias que no tienen para comer porque tienen que pagar la hipoteca a los ‘usureros’, algo que considera una ‘plaga social’. La usura, la especulación, la estafa a la buena voluntad de la gente trabajadora son injustas e inhumanas, nos dice el Papa”. Pero sostienen que no se debe olvidar que “muchos de estos especuladores, banqueros, terratenientes, empresarios y partidarios de una economía en la que el Estado no se meta, se dicen cristianos y tienen amistades entre obispos y sacerdotes”.
“Queremos hacer llegar a la sociedad entera nuestro más profundo rechazo a los movimientos especulativos con el dólar, los aumentos malintencionados de los precios y a los que intentan crear una sensación de que el Gobierno se tiene que ir o que debe quedar mortalmente herido, para no volver”, dicen los curas. Reafirman que “hay un gobierno elegido legítimamente que debe terminar su período constitucional”, aunque “eso no quiere decir que no haya errores”. Por ese motivo, “el Gobierno debe analizar y aplicar las mejores soluciones para los problemas que se presentan”.
Por último, reafirman que “este período finaliza en diciembre de 2015 y no aceptaremos ningún tipo de extorsión para que finalice antes. Ya aprendimos de la historia. Los problemas deben resolverse con las herramientas de la democracia y no por fuera”. A su vez, piden que “el gobierno y los medios verdaderamente independientes digan los nombres de los responsables de los aprietes con el dólar y los precios para que los argentinos podamos resistir, defender nuestra democracia y tener memoria”.
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