En Córdoba convergieron ayer los trabajadores que empezaron la Marcha Federal el miércoles desde Jujuy y pasaron por Tucumán para aunar todas las columnas hoy en Plaza de Mayo. En el centro de la capital cordobesa, en Colón y Vélez Sarsfield, coincidieron las regionales de la CGT, representadas por Juan Monserrat, titular del gremio docente UEPC, Federico Cortelletti de los judiciales y las dos CTA. Hugo Yasky, titular de la CTA de los Trabajadores recordó que “Córdoba fue el lugar donde se dieron las principales gestas y luchas obreras en el marco de la unidad entre distintas vertientes y hoy hay que retomar ese camino para construir un límite al recorte permanente de Macri”.

Los dirigentes cordobeses parangonaron las políticas de ajuste del gobierno de Mauricio Macri con las medidas del gobernador peronista Juan Schiaretti y las de su antecesor José Manuel De La Sota. Monserrat reivindicó el paro que realizaron ayer los maestros y profesores de la provincia y la huelga que reunirá hoy a los cinco gremios docentes de jurisdicción nacional y reclamó la “reapertura de las paritarias”.

La columna de más de cinco mil trabajadores fue encabezada por los dirigentes que portaban el retrato de la diputada del Parlasur y lider de la agrupación Tupac Amaru, Milagro Sala, presa desde enero en Jujuy. “La cumbia de la unidad la bailan los trabajadores/no la baila la derecha”, arengaban desde un altavoz poniéndole ritmo a la marcha.

–¿Qué diferencias encuentra con la Marcha Federal que realizaron en 1994 durante el menemismo? –le preguntó Página/12 a Yasky.

–En el 94 estábamos los sindicatos diezmados por la pérdida de afiliados, las tasas de desocupación eran desoladoras, y el movimiento sindical estaba corroido por dentro por la pérdida de credibilidad a raíz de la entrega que habían hecho muchos dirigentes de sindicatos del sector público que fueron socios de las migajas del festín de las privatizaciones. Eso hizo que tuviera particular preponderancia el movimiento piquetero. Hoy, en cambio, el movimiento sindical está fuerte, no está debilitado por la pérdida de masa de afiliados, mira con alarma la pérdida de miles de trabajo en los centros fabriles y al mimso tiempo evalúa la potencialidad que le ha dado la convocatoria conjunta de la movilización del 29 de abril, la fuerza descomunal de ese acto. Hoy estamos marchando juntos en todas las provincias. Si con esta potencia se convocara a un paro nacional sería un revulsivo que pondría en discusión la actitud disciplicente con que nos mira el Gobierno por encima del hombro.

A lo largo del país, las columnas fueron nutridas por los trabajadores independientemente de los alineamientos gremiales. Hacia esa unidad apuntan desde las CTA con la convicción de que la fuerza de las bases desemboque en un paro general con la CGT. En Córdoba participaron las dos CTA, gremios nucleados en la CGT Regional Córdoba, que lidera el también titular del SEP, José Pihen; la CGT Rodríguez Peña, comandada por el referente del Surrbac, Julio Mauricio Saillén; partidos políticos de izquierda y organizaciones sociales. Una columna del MST cortó el puente Maipú. “Unidos podemos derrotar el ajuste de (Mauricio) Macri y (Juan) Schiaretti. Hace falta un paro nacional”, dijo Luciana Echeverría, del MST.