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Por M. P.

Aníbal de los Santos, uno de los procesados por el juez federal Sergio Torres en el caso de las clínicas psiquiátricas, no es un desconocido para el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires. En marzo de este año, cuando comenzaba la investigación del PAMI en la que finalmente terminó procesado, De los Santos fue designado director ejecutivo del Hospital Interzonal Esteves, de Temperley. Lo nombró el ministro de Salud, Ismael Passaglia, con el apoyo del director de Salud Mental de esa cartera, Julio Ainstein. Sin embargo, la gestión de De los Santos duró sólo tres meses: el 28 de junio los empleados del hospital –el segundo neuropsiquiátrico más grande de la provincia– se enteraron de que había presentado la renuncia. La razón era simple: en ese momento ya estaba denunciado ante la Justicia por la interventora del PAMI, Graciela Ocaña.
El abrupto alejamiento de De los Santos provocó un terremoto entre los empleados del hospital. Sin demasiada experiencia en el ámbito público, con experiencia como prestador privado del PAMI –era propietario de la sociedad Therapia Norte S.A.–, su retiro generó malestar entre los trabajadores que denunciaron “el papelón” de haberlo nombrado. Pero además, durante su gestión los trabajadores detectaron irregularidades como la contratación de un servicio de mantenimiento de jardines por licitación privada por el período julio 2004-junio 2005 por un costo de 64.752 pesos (32.376 pesos semestrales).
La compra se realizó a finales de mayo de este año. Pocos días antes, una comisión “asesora de preadjudicaciones” formada por delegados sindicales había aconsejado desestimar la oferta por “considerarla de precio excesivo (83 por ciento respecto a la última licitación)”. La contratación se hizo, aunque pocos días después se anunció el alejamiento del director ejecutivo del hospital, claro que por otros temas –la denuncia de Ocaña en el PAMI–. Pero la paz estuvo lejos de llegar al Hospital Esteves tras la sorpresiva renuncia.
La solución que encontró el Ministerio de Salud provincial fue designar como director del neuropsiquiátrico al propio director de salud mental: Ainstein. No se trataba de un desconocido, porque Ainstein ya había sido director del hospital a finales de la década del ‘90, durante la última gestión de Eduardo Duhalde como gobernador. Su paso por el Esteves había sido controvertido por la compra de seis mil pañales que, según las denuncias, nunca ingresaron al hospital. De hecho, en abril de 2000 una resolución del Ministerio de Salud, firmada por el subsecretario de Coordinación y Atención de la Salud, Alberto Castañeda, había suspendido a Ainstein 30 días sin goce de sueldo por “actuar con negligencia en el desempeño de sus funciones”.