EL PAíS › ROSCA DE PASCUA
Terremotos del Sábado de Gloria
Bergoglio habló de temblores “fabricados por el orgullo y la soberbia”. El obispo platense, Héctor Aguer, defendió a Baseotto.
En medio del conflicto entre el Gobierno y la Iglesia Católica desatado por las declaraciones del obispo castrense Antonio Baseotto, quien aseguró que el ministro de Salud, Ginés González García, debía ser tirado al mar con una piedra al cuello, el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, habló de “terremotos fabricados por la tramoya de la autosuficiencia y la petulancia, del orgullo y la soberbia”. Lo hizo en su homilía pascual, en la Catedral porteña. En el Sábado de Gloria, el arzobispo de La Plata, Héctor Aguer, eligió defender a Baseotto y consideró la polémica desatada por el vicario producto de un “equívoco”.
El vocero del Arzobispado de Buenos Aires, Guillermo Marcó, se refirió a la polémica oficial con el Vaticano. “Hay un conflicto con la Santa Sede, que es un Estado soberano y eso nos preocupa. El decreto que le quita el acuerdo (a Baseotto) es violatorio de la letra del acuerdo firmado por el Gobierno y la Santa Sede. Por lo tanto es un atentado contra la libertad religiosa”, dijo el portavoz de Bergoglio. Mientras, el obispo de San Isidro, Jorge Casaretto, retiró su llamado a bajar el tono. “No se puede vivir bajo la presión de un conflicto latente”, señaló el titular de Cáritas, quien también había asegurado que sería exagerado decir que en Argentina no hay libertad religiosa.
En su homilía de la vigilia pascual, Bergoglio llamó a “hacer silencio” en medio “de esos terremotos fabricados por la tramoya de la autosuficiencia y la petulancia, del orgullo y la soberbia” y “escuchar la voz de Jesús que dice ‘no tengan miedo’”.
El arzobispo de La Plata, en cambio, no habló en la Catedral. Lo hizo por Radio 10. El sacerdote que salió de “garante moral” del banquero acusado de estafa Francisco Trusso le reprochó a la Casa Rosada haber leído “mediáticamente” la carta en la que Baseotto utilizó una cita bíblica para pedir que el ministro de Salud sea arrojado al mar por sus declaraciones en favor de la despenalización del aborto.
Según Aguer, Baseotto nunca quiso aconsejar “colgar de una piedra y tirar al mar” al ministro de Salud. “Creo que hay una especie de equívoco sobre cómo se entendió la famosa carta de Baseotto enviada al ministro de Salud, cómo se la leyó mediáticamente”. El arzobispo platense estimó que “la reacción del Gobierno pudo haberse suscitado cuando leyó en los diarios: ‘El obispo castrense quiere arrojar al mar al ministro de Salud’, pero en la carta no apareció eso”.
En su mensaje a González García el obispo castrense expresó textualmente: “Cuando usted repartió públicamente profilácticos recordaba al texto del Evangelio donde nuestro señor afirmaba que ‘los que escandalizan a los pequeños merecen que les cuelguen una piedra de molino al cuello y los tiren al mar’”. Lo hizo poco después de que en un reportaje publicado por Página/12 el ministro ratificara su política de educación sexual y afirmara que creía que debía despenalizarse el aborto.
No parece rebuscada la lectura acerca de que este método recuerda el destino de los desaparecidos que durante la última dictadura militar eran arrojados al mar en los llamados “vuelos de la muerte”. Baseotto es el vicario que solicitó ante la Corte Suprema que sea respetada la vigencia de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Sin embargo, para Aguer, la frase elegida por el desplazado vicario castrense no fue más que una “desafortunada coincidencia” con la práctica sistematizada durante el terrorismo de Estado.