El Gobierno ratificó que la elección presidencial se realizará el 28 de octubre de 2007. Así lo expresó ayer el ministro del Interior, Aníbal Fernández, ante las versiones que daban cuenta de un proyecto oficial para adelantar los comicios. “Quieren enrarecer el clima pero de esa fecha no se mueve”, señaló el funcionario.

El rumor de un adelantamiento de los comicios volvió a circular con fuerza en los últimos días. Tiempo atrás la versión se había hecho carne con el siguiente argumento: a Néstor Kirchner le convenía acelerar el llamado a elecciones para aprovechar la buena imagen que contaba en las encuestas y así asegurase la reelección.

Como entonces, otra vez fue Fernández el que salió a descartar esa posibilidad. “Yo no sé más cómo decirlo para que todos los que dicen saber del tema vuelvan sobre el particular”, dijo aludiendo expresamente al consultor Rosendo Fraga y al líder del Pro, el diputado nacional Mauricio Macri. Ellos –según el ministro del Interior– quieren “enrarecer el clima, poner en cabeza del Gobierno algo que el Gobierno pretendió que fuera lo más claro posible”.

La posibilidad de un adelantamiento está ligada a la salida anticipada de Fernando de la Rúa del poder, lo que abrió discusiones sobre cuándo se cumple efectivamente el mandato de Kirchner.

El constitucionalista Daniel Sabsay recordó que, en su momento, hubo un desacomodamiento de los plazos de los mandatos “a raíz del adelantamiento inconstitucional que el ex presidente (Eduardo) Duhalde lleva cabo como producto de los sucesos que ya conocemos. En su momento señalé que era un mal precedente”, dijo.

No obstante, aseguró que la fecha límite para adelantar las elecciones presidenciales es el 10 de octubre, y advirtió que cualquier pretensión de celebrar antes esos comicios implicaría una “reforma unilateral de la Constitución desde el Poder Ejecutivo o Legislativo”.

“En un régimen presidencialista como es el argentino –concluyó– los mandatos son rígidos, no pueden ser modificados por voluntad de quienes ocupan el poder.”