“Estoy muy satisfecho con lo sancionado. Es lo que esperaba.” La frase del gobernador de Tucumán, José Alperovich, refleja la satisfacción que se vivía ayer en el oficialismo tras la jura del nuevo texto de la Constitución provincial. ¿Por qué tanta euforia con la nueva Carta Magna? Porque consagra la reelección del gobernador por dos mandatos consecutivos. Se trataba de un objetivo largamente perseguido por Alperovich, quien ahora podrá aprovechar los cambios y presentarse a un nuevo mandato. “Si sigue o no un gobernador lo decidirá el pueblo”, dijo el mandatario. El ejemplo de Tucumán podría repetirse en Misiones y Jujuy, donde sus gobernadores, Carlos Rovira y Eduardo Fellner, también quieren seguir por un período más. Cuentan con una carta clave. Saben que tienen el aval del propio Néstor Kirchner y lo van a aprovechar.

La aprobación de la nueva Constitución provincial de Tucumán no salió sin polémica. Aparte de habilitar la reelección por dos períodos más, establece un nuevo sistema electoral que permite que varias listas apoyen la misma fórmula de gobernador-vice. También establece la autarquía municipal y crea dos nuevos organismos de contralor: el Tribunal de Cuentas y la Defensoría del Pueblo. Sin embargo, la reforma más controvertida fue la instauración de un nuevo método para designar y remover jueces: se creará un Consejo de la Magistratura y se instituirá el Jurado de Enjuiciamiento para controlar a los jueces. La polémica consiste en que el poder político tendrá mayoría en la conformación del Consejo.

La iniciativa motivó una dura oposición del Colegio de Abogados provincial. Algo parecido a lo que sucedió a nivel nacional. El rechazo del ambiente judicial quedó reflejada en la ausencia de jueces y camaristas a la jura de la nueva Constitución provincial. La ceremonia se realizó en la Casa Histórica, donde 35 de los 40 convencionales constituyentes –31 del peronismo y cuatro de Participación Cívica, una escisión de la UCR aliada a Alperovich– se comprometieron a cumplir y respetar la nueva Carta Magna. La oposición no estuvo presente. Ni los dos convencionales del Partido Obrero, ni el único radical, como tampoco el representante del Partido Demócrata Progresista estuvieron en el acto.

Además de los convencionales, también estuvieron Alperovich y el vicegobernador y titular de la Legislatura provincial, Fernando Juri. El único peronista que faltó fue el intendente de la capital tucumana, Domingo Amaya, de viaje por el exterior. La Constitución de Tucumán, sancionada originalmente en 1907, había sido modificada sólo una vez. Fue en 1991, durante el gobierno del represor Antonio Domingo Bussi. Ahora se sumó una nueva modificación, que entre otros cambios incorporó la posibilidad de la reelección de los cargos ejecutivos.

Con los cambios en Tucumán como antecedente más inmediato, lo más probable es que el proceso siga en Misiones y Jujuy. En la provincia mesopotámica ya se cambió la totalidad del Tribunal Superior de Justicia, una decisión que muchos consideran el primer paso para el avance hacia la re-reelección de Rovira. Un escenario muy parecido se vive en Jujuy, aunque allí Fellner aún no logró un consenso total entre los dirigentes del PJ para buscar un nuevo período. El tercer capítulo podría ser Buenos Aires, pero en ese caso los allegados a Felipe Solá intentarán una alternativa diferente. La idea es recurrir a la Suprema Corte para que confirme una interpretación particular de la Constitución bonaerense según la cual Solá podría presentarse otra vez. El argumento es que sus primeros dos años de gobierno (2001-2003) habrían sido producto de la renuncia del gobernador Carlos Ruckauf y que por eso no cuentan.