“Ellos saben cuál es la verdad. Y yo sé que, como buenos caballeros, en la intimidad van a aceptar que el acatamiento fue mayor”, comentó a Página/12 la secretaria general del Sindicato de Educadores de Buenos Aires (Sedeba), Ada Leiros, que calculó en un 85 por ciento la adhesión al paro docente de 24 horas convocado ayer por 6, de los 16, gremios de la Capital Federal. Los reclamos incluyen, entre otros aspectos, un aumento salarial del 19 por ciento y el pago en término a docentes suplentes e interinos. El ministro de Educación, Alberto Sileoni, dijo que las demandas de los docentes ya estaban en vías de solución, atribuyó el paro a una “minoría” dentro de la representación gremial y calificó de “parcial” la medida de fuerza que “habría afectado al 50 por ciento de las escuelas”.

“Estamos pidiendo una mesa salarial que incluya a todos los sindicatos y donde se discuta, además de los salarios, las condiciones de trabajo”, aclaró Leiros, refiriéndose a la urgencia de contratar una aseguradora de riesgos de trabajo, la derogación del decreto que fija una cantidad mínima de alumnos para abrir un curso y la libre elección de la obra social. Aunque estaba molesta por el mote de “minoría” –“Sedeba tiene 7000 afiliados”, aseguró–, Leiros se mostró optimista respecto de Sileoni, porque “es una persona con la que se puede hablar” y reconoció a la gestión del gobierno de la ciudad por ser “la única que nos blanqueó el sueldo”.

Aunque el tema lo maneja el gobierno nacional, durante la jornada de paro también se reclamó por el 82 por ciento móvil de las jubilaciones: “consideramos que el Ministerio de Educación de la ciudad es nuestro interlocutor”, dijo Claudio Román, secretario general de la Asociación de Docentes de Educación Media y Superior (Ademys), quien consideró como una clara provocación el aumento a empleados municipales, del que quedaron marginados los docentes. “No recibimos respuestas. El ministro decía que era un gobierno de transición, ahora que Telerman cambió el gabinete y se puso firme, que trabajen”, exigió Román.

“No podemos hablar de aumentos salariales –contestó Sileoni– cuando los docentes porteños recibieron incrementos en noviembre pasado y marzo de este año” y explicó que ese porcentaje estaba destinado a aquellos trabajadores municipales que tenían su sueldo más postergado. Las autoridades de educación porteña también destacaron que 15 gremios, excepto Ademys, habían firmado un acta-acuerdo el pasado 1º de marzo, en la que se les garantizaba un mínimo salarial de 840 pesos y la conformación de una mesa de negociación salarial.

El paro abarcó establecimientos tanto públicos como privados y se adhirieron jardines, primarias, secundarias y escuelas de arte. Además de Sedeba y Ademys participaron la Asociación de Docentes de Educación Física (ADEF), Asociación de Docentes Independientes Argentinos (ADIA), Confederación Argentina de Maestros y profesores (Camyp) y Sindicato de Educadores Argentinos (Seduca).