Los entrerrianos lo sabían. La próxima cumbre de presidentes iberoamericanos se hará en Montevideo a partir del próximo viernes. Los asambleístas de Gualeguaychú creen que será una oportunidad histórica para volver a presentar el reclamo contra la instalación de las papeleras ante la opinión pública mundial. Para lograrlo, dos mil personas decidieron ayer volver a cortar la ruta. Lo harán el viernes a partir de las 14, sobre el Puente Internacional y durante tres días. “Si el puente está cortado –dicen–, difícilmente Tabaré Vázquez se va a poder abrazar con Kirchner”. Con el corte, además, podrían levantar un muro como demostración palpable de su reclamo.

Después de varios meses de quietud, la asamblea de Gualeguaychú reunió a una multitud de vecinos en un galpón del puerto entrerriano. El galpón reemplazó al histórico teatro que sirvió como espacio de reunión durante los últimos cinco meses y, al mismo tiempo, planteó un cambio de estrategia para renovar los ánimos y discutir nuevas y más medidas de fuerza contra la instalación de las papeleras de Fray Bentos, luego de un año de trabajo y en vistas al comienzo del próximo verano.

A las seis de la tarde, a sala llena, los oradores se planteaban las razones del corte. La modalidad inaugurada el año pasado los obligó a detenerse para analizar ventajas y desventajas: las posiciones de los vecinos frente a los costos no parecían tan claras hasta ayer. La relación de los asambleístas con el gobierno nacional está en baja, hay un juicio de La Haya, Tabaré Vázquez consiguió un laudo del Mercosur contrario a los cortes y en la ciudad hay un clima de enojo y decepción porque la construcción de Botnia está avanzada.

Por el micrófono del galpón pasaron 24 oradores. “Nosotros estamos frente a la última batalla”, dijo Angel Frías. “No podemos perder tiempo con caminatas, nuestra única verdad es el corte que fue y será lo que ha puesto presión y conciencia en todos. Si estamos fuera de la ruta –remató–, el Banco Mundial piensa que estamos muertos, vamos a la ruta para no darles la licencia social.”

Antes y después se escucharon alternativas. “Buenas tardes, yo no pensaba hablar”, arrancó José Gómez, alambrador y uno de los referentes del movimiento. “Creo que aquí hay una herramienta, que si nosotros no hacemos cortes no figuramos ni a la bolilla.” Como una burla, dijo, “propongo que nos pongamos todos caretas de Tabaré Vázquez y de (Néstor) Kirchner para que cuando los medios saquen la foto, aparezcan ellos”.

Las intervenciones se extendieron durante una hora y media. Entre la veintena de oradores, se escuchó alguna voz en contra. “Estoy en contra porque no analizamos el corte, ¿para qué?”, dijo Jorge Campañá. “Cortamos, salimos dos días en los diarios y después tenemos un montón de gente en contra. Tenemos que tener gente que nos apoye: dejamos de ser simpáticos.”

Nadie olvidó las complicaciones que causaron los cortes. Por eso, los asambleístas todavía no decidieron si los extenderán durante el verano. Aun así, el corte del próximo fin de semana parece un ensayo. La cumbre de presidentes es una oportunidad no sólo para volver a instalar el tema en las agendas de los gobiernos. Puede convertirse, además, en un escenario ideal de demostración de fuerzas antes del verano. Los asambleístas pueden obligar a los gobiernos a sentarse a negociar el tema antes del comienzo de la temporada. “No nos queda tiempo para analizar estrategias geniales”, dijo uno. “Nos queda tiempo para pensar en el 3, 4 y 5 de noviembre próximo, que lo tenemos acá nomás.”

Veinte minutos después de las siete de la tarde se hizo la votación: una amplia mayoría levantó las manos para aprobar el corte. Según lo acordado, los vecinos permanecerán en el Puente hasta el domingo a las 17, cuando una asamblea resuelva si el corte se levanta o no.

Además del corte, ¿levantarán un muro en la frontera? “El muro ya existe”, respondió ayer Adolfo “Cuqui” Weinberg cuando le preguntaron por la singular idea que presentó ante la asamblea y que terminó aprobada. “Si bien no lo vemos, hay negocios que ya no atienden a los uruguayos. Mi idea es que cada uno de los que vaya al corte lleve uno o dos ladrillos en el auto y empecemos a construir un muro.” En este momento, dijo, “el muro es virtual pero se está construyendo entre la sociedad argentina y la uruguaya”.