Domingo, 12 de noviembre de 2006 | Hoy
EL PAíS › DESCONCIERTO DE LOS INVESTIGADORES QUE BUSCAN AL TESTIGO CONTRA ETCHECOLATZ
En cualquier delito, explican, “siempre hay un buche, la calle siempre habla”. Pero el silencio en este caso es completo. Las pistas que siguieron sin resultados, las escuchas, las vigilancias. Y el asombro ante una falta de indicios a la que no están acostumbrados.
Por Raúl Kollmann
“La calle está muda. Mire, cuando hay un delito, la calle siempre habla. Una prostituta, un pasador de quiniela, un buche. Alguien trae algo de información. En el caso (Jorge Julio) López, la calle está muda.” El análisis proviene de uno de los responsables de la investigación de la desaparición del albañil. A esta altura, los encargados de la pesquisa están descorazonados, no tienen una hipótesis firme y gran parte de los procedimientos se hacen como respuesta a llamados anónimos al teléfono 0-800-333-5502. Las líneas de investigación y las hipótesis son de todo tipo y color.
Estos son tramos de los diálogos que mantuvo Página/12 con algunos de los que participan de la pesquisa:
“Por supuesto que hemos seguido la pista de los que estaban con Miguel Etchecolatz, ahora y cuando fue jefe de Investigaciones de la Bonaerense durante el Proceso. Estamos hablando de personas que tienen de 70 años para arriba. No les vemos capacidad operativa alguna, pero igual los investigamos a fondo. No encontramos nada de nada.”
“También buscamos a los hombres que, no siendo policías, participaron de la represión en la provincia de Buenos Aires. Es gente que en la época de Alfonsín puso alguna bomba o se acercó a los carapintadas. Algunos de ellos terminaron asociados a bandas de secuestradores y a otras modalidades del delito común. Tampoco detectamos nada, pese a que se intervinieron varios teléfonos.”
“Hemos estudiado todas las declaraciones de López, en el Juicio por la Verdad y en el juicio contra Etchecolatz. Buscábamos algún indicio, un nombre, un lugar, un amigo o un enemigo. No surgió nada.”
“Otra vertiente está en los grupos de matones sindicales y políticos, al estilo de los de San Vicente, que juegan para algún candidato o que tal vez querían perjudicar al gobierno de Felipe Solá o al de Néstor Kirchner. ¿Provienen del duhaldismo? Y, en algunos casos sí, pero no únicamente de allí. Hay internas de todo tipo en la provincia de Buenos Aires. Lo concreto es que tampoco apareció ninguna pista.”
“Y otra hipótesis de investigación estuvo y está en las fuerzas de seguridad e inteligencia. Alguno que quiere sabotear la actual conducción, otro que quiere tener más poder, no falta tampoco el que imagina el armado de un supraorganismo de seguridad o de inteligencia. Nos preguntamos si no apuntarían a crear el clima para demostrar que se necesita ese supraorganismo, porque con las fuerzas que existen supuestamente no se puede garantizar que una persona no desaparezca y, encima, no se la puede encontrar. El resultado de esa hipótesis fue el mismo: nada.”
“Y ahí entra en juego lo que dicen habitualmente los policías sobre la calle. Cuando hay delito, habla. Sobre todo el territorio bonaerense está lleno de buches, confidentes, remiseros truchos, prostitutas, pasadores de quinielas, ex convictos, vendedores ambulantes ilegales, dealers y una legión enorme de personas que viven en los márgenes de la legalidad y tienen contacto fluido con los que visten uniforme. Alguien tendría que haber hablado, alguien tendría que haber visto un empujón, un forcejeo, que lo subieron a un auto a la fuerza. Y que no surja nada es todavía más raro si se tiene en cuenta que había 200.000 pesos de recompensa y ahora hay 400.000. Una fortuna. Sin embargo, de la calle no viene nada. Por eso, la mayoría de los policías que trabajan en la investigación creen que no hay delito, que López se escondió o fue a algún lugar por su propia voluntad y tal vez allí sí, en un campo, en una estancia, en un lugar rural, en una provincia, le haya pasado algo. Lo que ocurre es que a esta altura, a cincuenta días, es una especulación cada vez más débil. ¿Salió a otro país? En algún momento surgió un dato de un cruce de la frontera, pero dijeron que se trató de un homónimo, otro Jorge Julio López. Tal vez habría que profundizar más por ese lado.”
“Por ahora, la familia, los dos hijos y la esposa se mantienen con cierta calma y en trato fluido con la Casa Rosada. Se los está ayudando y conteniendo. Ellos creían firmemente que Tito se había ido y que volvería. Ahora están llenos de dudas, pero aun así descreen de las teorías del secuestro y el asesinato. Hace unos días, cuando se buscó a López en General Villegas, donde pasó la adolescencia y vive la hermana, Ruben, el hijo, insistió en que está perdido. El problema es que esa hipótesis tampoco cierra.”
“Todo es desconcertante. Investiga la Bonaerense, la Federal, la Gendarmería y la SIDE. Está el fiscal Marcelo Martini y el juez federal Arnaldo Corazza. Se ha hecho con López la mayor campaña de difusión que se recuerde y el Presidente habló del caso una y otra vez. Tanta gente trabajando en la misma investigación produce también desajustes: se ha dado el caso de una fuerza que llegó a un campo para inspeccionarlo y se enteró de que otra fuerza ya había estado. Porque hay algún nivel de coordinación, pero también desconfianzas y competencias. Y, por supuesto, no faltan las trampas de una fuerza contra otra. De todas maneras, un poco mejor o un poco peor se lo está buscando. El elemento que resultó tan clave en otros casos, ahora no funcionó: el análisis de miles, cientos de miles de llamadas. Si tuviera que resumir la situación hoy, diría lo siguiente: no hay nada, no tenemos nada firme. Y, para colmo, la calle está muda. Asombrosamente muda.”
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