Domingo, 12 de noviembre de 2006 | Hoy
EL PAíS › EL CONTENIDO DEL FUTURO ESPACIO PARA LA MEMORIA
Habrá una muestra fotográfica sobre la actividad represiva del Estado en el siglo XX, un mapa con los centros clandestinos de detención y un espacio audiovisual. El Casino de Oficiales no será modificado. Planean abrirlo en octubre del año próximo.
Por Victoria Ginzberg
El Espacio para la Memoria que funcionará en la ex ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada) ya tiene forma. El Casino de Oficiales, donde estuvieron cautivas las personas secuestradas, no será modificado. Sólo se añadirán carteles con una explicación de lo que pasó allí. El edificio central se destinará a mostrar el contexto político, económico y social del terrorismo de Estado y a contar sus antecedentes históricos: se instalará una muestra de fotografía, un espacio audiovisual y un mapa con todos los centros clandestinos que funcionaron en el país. También habrá un lugar para la resistencia: es decir, la labor de las organizaciones de derechos humanos y las denuncias de los sobrevivientes. En otra edificación se narrará lo que ocurrió específicamente en la ESMA y las historias de las víctimas. Los represores estarán en un sitio aparte. Los gobiernos de la Nación y de la Ciudad de Buenos Aires esperan abrir el lugar al público el 1° de octubre del año próximo.
Estos aspectos centrales de lo que será el futuro Espacio para la Memoria fueron consensuados en la Comisión Bipartita que integran las áreas de derechos humanos de Nación y Ciudad de Buenos Aires en base a reuniones con representantes de organizaciones de derechos humanos y las opiniones de especialistas y ciudadanos que acercaron sus propuestas a partir de una convocatoria pública.
“Fue una discusión interesante porque nunca estuvo en disputa el objetivo central que propuso el Gobierno, esto es, la reparación de lo que ocurrió durante el terrorismo de Estado a través de la Memoria, y de transitar la Verdad y la Justicia”, aseguró a Página/12 Judith Said, coordinadora general del Archivo Nacional de la Memoria. “Hubo un proceso en el que participaron muchos actores, estatales y no estatales, y se llegó a una serie de acuerdos: no transmitir a partir del golpe bajo o el horror sino mostrar la vida, pero a la vez que eso no implique no contar lo que pasó”, agregó María José Guembe, subsecretaria de Derechos Humanos porteña.
A partir de ese delicado equilibro se comenzó a definir el contenido del futuro Espacio para la Memoria.
- El Casino de Oficiales, donde funcionó el centro clandestino de detención propiamente dicho, ya está señalizado. “Este edificio de tres pisos, sótano y altillo fue el lugar destinado a la concentración y tortura de los detenidos desaparecidos”, dice el cartel que está en la entrada. El sitio ya fue recorrido por varias visitas internacionales: entre otros, el juez español Baltasar Garzón, la ex primera dama francesa Danielle Mitterrand y el sociólogo Alain Touraine, además de todo el cuerpo diplomático acreditado en la Argentina, que estuvo allí el 24 de marzo de este año por invitación del canciller Jorge Taiana.
Luego de que la Armada lo desocupara, no se hicieron modificaciones en el Casino, pero sí se habían hecho durante la dictadura: los marinos las realizaron para enmascarar el centro clandestino ante la visita en 1979 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Los carteles explican qué ocurrió en cada una de las habitaciones: capuchita (el altillo), el sótano, los dormitorios de los oficiales, la habitación para las embarazadas. El relato se completa con testimonios de los sobrevivientes. Es probable que el texto de las señalizaciones también se pueda escuchar a través de auriculares.
- El edificio de las cuatro columnas, el escudo y la inscripción Escuela de Mecánica de la Armada.
En el hall central habrá una muestra fotográfica sobre “la actividad represiva del Estado ante los movimientos sociales emergentes durante el siglo XX”. Una asamblea obrera durante la huelga de estibadores en 1904, el desalojo de un conventillo durante la huelga de inquilinos de 1907, un obrero que lleva un cajón a la morgue luego de la represión policial del 1° de mayo de 1909, las “votaciones” de la “década infame”, la foto policial del anarquista Severino de Giovanni, las “patas en la fuente” del 17 de octubre de 1945, el Cordobazo y el Vivorazo y el patrullero del enfrentamiento en el que en 1971 murieron Fernando Abal Medina y Gustavo Ramus, integrantes del grupo inicial de Montoneros, son algunas de las imágenes. “La idea es que esté toda la historia del país porque la última dictadura tiene que ver con toda esa historia”, señaló Said.
En ese mismo edificio habrá un espacio audiovisual en el que se proyectarán testimonios de sobrevivientes, juicios y todo tipo de material relacionado con la dictadura. Funcionará también un punto de consulta (para acceder a información sobre los centros clandestinos, historias de las víctimas, datos cuantitativos sobre la represión, etc.) y se exhibirá un mapa en el que se señalizarán los más de 500 centros relevados hasta el momento. Se mostrará además la división del país en zonas y áreas y un organigrama con los responsables de cada una de ellas. Finalmente, se destinará un área para contar qué pasaba en la sociedad mientras en la ESMA y muchos otros campos se torturaba y otra para narrar la resistencia al terrorismo de Estado, es decir, la historia del movimiento de derechos humanos y las denuncias de los sobrevivientes aun en plena dictadura.
Además, se exhibirán tres maquetas elaboradas por un grupo voluntario de la UBA: en una se verá todo el predio de la ESMA, que permitirá una visión de conjunto del funcionamiento del centro y en las otras se consignarán las modificaciones edilicias del Casino de Oficiales.
- En la Escuela de Guerra Naval funcionará el Archivo Nacional por la Memoria.
- Aún resta definir qué edificio se destinará para contar la historia de la ESMA y de sus víctimas, entre ellas las mujeres embarazadas y los niños que nacieron allí. Pero está claro que será uno diferente del que contendrá las caras y antecedentes de los represores, así como el especial entramado del grupo de tareas de la ESMA y los planes políticos del dictador Emilio Eduardo Massera. Esto último podría montarse en el quincho, lugar en el que los marinos se reunían y festejaban mientras a pocos metros, ellos o sus compañeros torturaban.
En la difícil tarea de contar los secuestros, tormentos y asesinatos que se llevaron a cabo en la ESMA y en el resto del país sin caer en el sensacionalismo, Said explica que el objetivo es “no banalizar los hechos”. “No queremos paralizar con el terror –dice– sino hacer un trabajo didáctico para explicar por qué no es bueno que haya dictaduras y que se viole un estado de derecho, aunque parezca una verdad de perogrullo”. Si los plazos previstos no se dilatan, el sitio estará listo el 1° de octubre de 2007, un día después de que los marinos terminen de desalojar el predio. “Trabajamos apurados porque tenemos interés en que se haga rápido –señala Guembe–, pero estamos tranquilos porque esto ya no depende de un gobierno, es una política de Estado.”
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