Néstor Kirchner se reunió ayer con Daniel Scioli para analizar la probable candidatura del vicepresidente a gobernador bonaerense. Nadie sabe si lo convenció pero evidentemente hubo un giro en el discurso del ex motonauta, que hasta la semana pasada se promocionaba como aspirante a jefe de Gobierno porteño. “A mí me gusta toda la Argentina”, dijo ayer Scioli ampliando su radio de interés y mostrándose disponible para lo que le solicite el Presidente.

Scioli arrancó la jornada intentando recuperar el discurso que utilizaba un año atrás cuando le preguntaban por sus ambiciones políticas. “Mi cabeza está puesta en estos momentos en honrar el cargo para el cual fui elegido”, dijo, esquivo, en el Salón Azul del Senado, arropándose con el traje de vicepresidente.

Ante la insistencia de los periodistas que querían saber si competirá en la Capital o en la provincia, Scioli apeló entonces a la ambigüedad:

“A mí me gusta toda la Argentina”. No ofreció ninguna pista cuando le pidieron que limitara la extensión territorial de sus dichos. “Me dedico a caminar permanentemente las calles de la ciudad, de la provincia y del país”, añadió. Y respondió con un “se habla de tantas cosas...”, cuando le insistieron sobre los rumores que circularon por estos días. El vicepresidente dijo sentirse “satisfecho por las encuestas, que me dan bien” y que, más allá de cualquier candidatura, él forma parte del gobierno nacional, dando a entender que irá donde sea necesario.

Justamente, la aparición de una encuesta que le habría dado muy buenas posibilidades en la provincia –es el tercer dirigente en imagen luego de Néstor y Cristina Kirchner– habría sido el disparador para que en la Casa Rosada comiencen a maquinar su salto de distrito.

Scioli hoy viajará a México, donde representará al Gobierno en la asunción del presidente Felipe Calderón.

Indefectiblemente, el eventual cambio de escenario de Scioli, que tenía pensado trabajar para ser jefe de Gobierno porteño, alborotó el mundillo político. Llamó la atención un encuentro que Alberto Fernández mantuvo ayer con Enrique Rodríguez, el ministro de Producción de Jorge Telerman en la ciudad. Se sabe que el jefe de Gabinete de la Nación y el jefe de Gobierno porteño no se llevan nada bien.

Rodríguez dio una explicación vaga del encuentro. “Hablamos del esquema de política nacional, de temas laborales, del futuro político de la ciudad y de la provincia”, señaló.

En la hipótesis de que Scioli pase a la provincia, en el kirchnerismo volvieron a hablar por estas horas, para la Capital Federal, de la candidatura del ministro de Educación, Daniel Filmus, que también participó del acto en el que se anunció la construcción de 47 escuelas. Filmus se reunió con el secretario de Medios, Enrique Albistur, y juntos pasaron por el despacho presidencial. El kirchnerismo no descarta la posibilidad de llevar dos listas a jefe de Gobierno: una del Frente para la Victoria-PJ con Filmus, y otra de la alianza progresista que pergeña Telerman (ver página 6).

El viraje que implementó la Casa Rosada en su estrategia electoral dejó descolocado a Scioli pero también al ministro del Interior, Aníbal Fernández, que nunca ocultó sus intenciones de convertirse en el sucesor de Felipe Solá en la provincia de Buenos Aires. “Yo puedo tener mis aspiraciones pero no soy el llanero solitario, formo parte de un grupo y tengo que tener forma de aceptar que se garantice el mejor representante: si no soy yo, será otro”, enfatizó ayer el ministro.