Su nombre aparece ya muy poco. Fue uno de los símbolos de la televisión argentina de la dictadura, reconocido a partir de 1982 como “la cara de Malvinas”. Desde 1983 estuvo prácticamente fuera del aire, aunque durante los años ’90 volvió a cobrar vuelo por la conducción de un programa de televisión de Miami. Hasta ahora, ésas eran las pocas y breves noticias de Nicolás Kasanzew que, pese a todo, acaba de ser beneficiado por un fallo de la Corte Suprema de Justicia. De acuerdo con lo dispuesto por los jueces, tendrá derecho a cobrar no sólo la pensión de guerra que ya recibía por la “cobertura del conflicto” que realizó para ATC, sino dos nuevas asignaciones creadas en 1991 y 1992 y hasta ahora sólo percibidas por el personal militar de carrera.

Kasanzew desembarcó en Miami hace tiempo. En 1991 la revista Teledía lo daba como conductor de la cadena Telemundo: “La gente lo reconoce –decían los cronistas–, los argentinos se quejan un poco porque habla un castellano neutro, le ofrecieron contrato por tres años más y goza de prestigio en los medios”. La lavada de cara incluyó algunas preguntas y respuestas del antiguo conductor de Malvinas. “Yo también viví un momento bastante terrible”, confiaba. Desde la Secretaría de Cultura “me dijeron en la cara que yo no tenía derecho a trabajar porque había sido ‘la cara de Malvinas’, es decir, empecé a formar parte de las listas negras del momento.”

Un foro en Internet actualiza viejos relatos de la guerra. “Mis recuerdos son parecidos a los tuyos”, dice uno de los internautas. “Recuerdo los Pucará de plástico berreta (y a) Nicolás Kasanzew transmitiendo desde Malvinas como si se tratara de un evento deportivo: ‘Hoy el país nos pide todo/ demos todo con valor / no tememos a la lucha/ argentinos a vencer/.../ Sabemos por qué luchar y ganar / jamás nos han vencido, jamás nos vencerán...’ Y así perdimos el invicto”, escribe al final. En la época de la guerra, además de la transmisión televisiva, Kasanzew publicaba sus crónicas en la revista Siete Días. Ahora, su nombre volvió a ser noticia por la resolución de la Corte.

En su demanda, Kasanzew reclamó que le sumen a su pensión de guerra otras dos asignaciones creadas más tarde. Los jueces de la Corte revisaron la legislación que existe sobre el tema y recordaron que estos beneficios fueron instituidos por la ley 23.848 destinada a ex soldados conscriptos que estuvieron en la guerra y a civiles que cumplieron funciones de servicio y/o de apoyo en los lugares donde se desarrolló el conflicto.

El monto de la pensión pautada originalmente era “igual al haber mínimo de la jubilación ordinaria del régimen jubilatorio de los trabajadores en relación de dependencia”, dice el fallo. Los parámetros cambiaron en 1996 con la sanción de la ley 24.652, que reemplazó el haber mínimo de la jubilación por el sueldo de un cabo del Ejército Argentino.

Desde entonces, la Justicia consideró que los ex combatientes y civiles sólo tenían que cobrar ese monto: el haber de un cabo integrado por el sueldo y el reintegro de gastos de actividad de servicio. Pero la demanda de Kasanzew modificó ese criterio. A partir de aquí, el Estado tendrá que pagar, además, el monto de dos asignaciones creadas en 1991 y 1992 por los decretos 2000 y 628 respectivamente, que actualizaban los sueldos, pero alcanzaban, hasta ahora, sólo al personal militar de carrera.

La Corte modificó “la interpretación que desde el año 1997 aplicaba para actualizar los haberes de la pensión de guerra”. A su criterio, cuando el Ejecutivo dictó el decreto 1490/2002 “había dispuesto la incorporación de aquellas asignaciones al haber mensual del personal militar, por lo que no existe razón alguna para negar dicha mejora a los beneficiaros de la pensión de guerra”. Por otro lado, consideró que los legisladores, cuando sancionaron la ley de 1996, tuvieron una voluntad “retributiva” de ese año. Más allá de Kasanzew, el fallo es clave: puede beneficiar con un ingreso extra a los (verdaderos) veteranos de Malvinas.