Domingo, 24 de diciembre de 2006 | Hoy
EL PAíS › EL RECLUTAMIENTO PORTEÑO
Kirchner ordenó encolumnar a referentes sociales y políticos detrás de la candidatura de Filmus. Telerman le disputa el espacio de centroizquierda e Ibarra se arrima a la Rosada. Mientras, Scioli les pone el oído a los temores de Solá. Y Valdano reconforta al Presidente con anécdotas de Bilardo.
–Andá reuniéndote con todos y explicales que nuestro candidato es Filmus. Que les quede clarito. Oscar Parrilli escuchó diligente la frase de Néstor Kirchner. Colgó el teléfono. Y dio inicio a la ímproba tarea encomendada, la de encolumnar a los distintos movimientos sociales detrás del ministro de Educación. De esta manera, la Casa Rosada busca asegurarle al postulante a jefe de Gobierno porteño la representación del espacio progresista. Una representación, claro está, que por ahora debe disputar con el actual mandamás de la ciudad y aspirante a seguir siéndolo, Jorge Telerman. La presión oficial es fuerte. Parrilli se comunicó con militantes de Barrios de Pie y de la Federación de Tierra y Vivienda, por nombrar sólo dos de las agrupaciones más conocidas. Pero, sigiloso, también se aventuró con dirigentes involucrados en la gestión de Telerman.
Aunque asegura no haber sido aún objeto de tironeos, Angel “Lito” Borello reconoce el intríngulis. Funcionario porteño y referente del comedor Los Pibes, dice sentirse a gusto y plenamente respaldado por el jefe de Gobierno. Pero no da por cerrado nada.
–Nosotros apoyamos a Telerman. Además, hasta ahora Filmus no se lanzó oficialmente.
–¿Pero qué pasa si mañana Kirchner bendice a Filmus?
–Nos introduciría en un debate del que deben participar las organizaciones en su conjunto. Habría un escenario electoral nuevo que hoy no existe. Nos obligaría a repensar.
Quien no duda de su apoyo a Filmus es Edgardo Depetri. Titular del Frente Transversal Nacional y Popular, el diputado se vincula con la gestión de Telerman a través de un hombre de su cuña, Rodolfo Córdoba, quien integra el staff de Enrique Rodríguez en el Ministerio de la Producción. “Ya nos dijo Kirchner que Filmus es su candidato. Entonces Filmus es nuestro candidato”, manifestó a este diario.
En el gobierno porteño están que trinan. Ven día a día cómo el kirchnerismo busca centrifugar el armado de Telerman. ¿Dos casos elocuentes? Los sugestivos elogios que desparraman en la Casa Rosada hacia Norberto La Porta y Claudio Lozano. El socialista y el diputado de la CTA vienen mostrándose cerca del jefe de Gobierno. Y los K los quieren absorber con promesas y cargos. Probablemente el amague de renuncia de Alberto Sileoni sea el mejor ejemplo de la disputa que de a poco asoma a la superficie. Un funcionario de la Ciudad vio allí una mano negra. Pero el ministro de Educación porteño no es ajeno a lo acontecido. Sileoni fue el número dos de Filmus en la Nación y pasó al gobierno de la Ciudad cuando salió Roxana Perazza bajo la gestión Telerman. Amante del bajo perfil, llamó la atención su faltazo al acto que reunió a las corrientes que respaldan la aventura electoral del jefe de Gobierno. Acaso el ministro evaluó que su salida produciría un terremoto y desistió de dar ese paso.
Los funcionarios de Telerman se movieron presurosos para desestimar la noticia que de todos modos llegó a los medios. Todo ocurrió en la agitada noche del jueves, durante el brindis del Foro Porteño, la sigla que cobija al secretario general de la ciudad, Raúl Fernández. En ese crepúsculo de los mil llamados, Filmus estuvo al tanto de los cabildeos de Sileoni, al igual que el sindicalista de la educación Francisco “Tito” Nena. La desmentida del funcionario porteño a su renuncia no quitó la sensación de que tarde o temprano la puja electoral podría arrimar novedades a esa área de la ciudad.
A propósito del involucramiento de Filmus: esta semana dio un claro ejemplo de sus ambiciones en una intrincada conversación con Emilio Pérsico en la que intentó convencerlo de sumarse a su proyecto. En esa reunión de alfabetizadores, el dirigente del Movimiento Evita le respondió, zumbón, que jugará “a ganador”. Los laderos de Telerman aseguran que eso fue un rotundo “no” a la propuesta del candidato kirchnerista. Seguramente por eso Parrilli se ocupa en estas horas del trabajo de ablande.
Tampoco le será sencillo convencer a Humberto Tumini. El dirigente del Movimiento Libres del Sur considera que Telerman es quien “mejor expresa” a las fuerzas sociales y nada indica que cambie de opinión en el corto plazo. De uno y otro lado se endilgan construcciones raquíticas en materia de progresismo. Lo cierto es que así como el secretario general de la Presidencia recluta voluntades para el proyecto K, Gabriela Cerruti hace lo propio para Telerman. La ministra de Desarrollo Humano oficia muchas veces de puente entre la ciudad y sectores kirchneristas que no terminan de definir su alineamiento con Filmus.
With or without you
Es harto evidente el trabajo de instalación del ministro de Educación. Como Sarmiento, Filmus no falta a ninguno de los actos que le prepararon sus pares K. Para este martes, Alberto Fernández, su patrocinador, le organizó un almuerzo de fin de año en la Casa Rosada. Habrá brindis con legisladores porteños, senadores y diputados nacionales por la ciudad. Al día siguiente, otra vez a instancias del jefe de Gabinete, participará de una reunión de trabajo para debatir la agenda legislativa del 2007. Y el jueves tendrá una cita con Nena y otros referentes sindicales para celebrar la aprobación de la Ley Nacional de Educación.
Telerman no se resigna a perder el respaldo de la Casa Rosada. Pero sabe que es una alternativa posible. “Voy a ser candidato y eso está decidido: con Kirchner o sin Kirchner”, atizó en los últimos días. La frase también se enmarca en la guerra subterránea que iniciaron telermanistas y filmusistas –si se permiten tales categorías– por sacar de carrera al contrincante. En superficie, cuidan las formas. Por ahora.
–Hay una gestualidad mayor de Kirchner hacia Filmus. Es evidente. ¿Pero qué pasa si no mueve el amperímetro? ¿Se va a quedar sin candidato? Yo no diría que lo de Kirchner con Filmus es a todo o nada –reflexionó ante Página/12 un alto funcionario porteño.
El Presidente no se expresó públicamente sobre el tema. En todo caso lo ha hecho a través de terceros. Pero en privado el aval a la candidatura de su ministro fue contundente. Carlos Zannini fue informado de la decisión oficial de socavar el armado de Telerman. Y eso que muchos de los seguidores del secretario de Legal y Técnica querían apuntalar al jefe de Gobierno desde la variopinta agrupación Compromiso K.
La incredulidad se había instalado en el universo oficial.
–Escuchame: ¡es Filmus! –casi le gritó Kirchner a Víctor Santa María, a pedido de Alberto Fernández. A pesar de su ADN albertista, el sindicalista de los porteros creía que todo era una cortina de humo. ¿El supuesto objetivo? Catapultar al jefe de Gabinete como candidato.
El propio Fernández alimentó fantasías al brindar “por última vez como jefe de Gabinete de este gobierno”, según dijo en un acto organizado por legisladora Silvia La Ruffa. En rigor, Fernández podría buscar una banca en el Senado de la Nación para suplir a Cristina en la defensa del proyecto oficial. Eso si es que la primera dama abandona el Parlamento para competir por la Presidencia. A él, según dicen en la Rosada, le gustaría más un lugar junto a Kirchner en el papel de “armador”.
Conociendo los procedimientos de la Casa Rosada, importa menos lo que le place que lo que el Presidente le ordena.
Palabra de Ibarra
Una vez que baje la espuma de las fiestas se podrán dimensionar las declaraciones de Aníbal Ibarra en el programa Tiene la palabra, de TN. Sin medias tintas, allí dijo el viernes que en el 2007 votará a Kirchner o Cristina, y también que respaldaría a Filmus. Lo que barajan en Diálogo por Buenos Aires, el espacio que integra Ibarra, es “colgar” una lista de legisladores a la candidatura del ministro de Educación. Evitarían así tener que integrarse a la boleta del peronismo porteño, que les repele. De paso, no arriarían la bandera de “autonomía” que tanto flamean. El titular de cascos blancos y referente de la ciudad Gabriel Fuks admite que podría haber hasta tres listas apoyando a Filmus. Esa alternativa, de todos modos, generaría controversias en el PJ y el Frente para la Victoria distrital. Es que, según algunas encuestas, Ibarra tracciona más votos que el peronismo.
De ese y otros temas estuvieron hablando Carlos Heller y Alberto Fernández. El cooperativista, aunque indómito, estuvo de visita en la Casa Rosada. Allí se mostró seguro de la necesidad de construir un frente para disputarle la ciudad a la derecha. Esa categoría, coincidieron los contertulios, le corresponde tanto a Mauricio Macri como al propio Telerman. Al respecto, Ibarra no tiene piedad con su reemplazante en el cargo. Convirtió una sección de su página web (www.anibalibarra.org.ar), llamada “alguien tiene que decirlo”, en el patíbulo del jefe comunal. Sin embargo, no dinamitó los puentes con todos los funcionarios del gabinete porteño. Hace una semana coincidió en un encuentro social con Raúl Fernández, a quien no ha excomulgado. Se trata de su ex mano derecha, a quien Telerman le dio crédito para que siguiera en funciones, Quedaron en tomar un café. Ibarra seguramente no mostrará esa predisposición con aquellos integrantes de la Sala Juzgadora, algunos de los cuales se han juntado en las últimas horas para brindar, una vez más, por aquella votación que lo destituyó.
Volviendo a Diálogo por Buenos Aires, Ibarra, Heller y el diputado Miguel Bonasso ahora deberán honrar el compromiso de actuar como una verdadera sociedad. “Está la voluntad de tres dirigentes de motorizar un espacio vacante de centroizquierda que fue ganador en el 2000 ante Cavallo, en el 2003 contra Macri y que lo será en el 2007 contra quien sea. Es potencialmente un frente. ¿Cuál es el límite? Que alguien se corte solo. Acá tenemos que consensuar todo”, le dijo Bonasso a este diario.
Un acuerdo con Filmus, con quien Ibarra habló recientemente y hasta acompañaría de cuerpo presente en la campaña, implicaría desde el vamos un cambio sustancial, ya que dos de los integrantes del trío –Heller y Bonasso– declararon sus deseos de conducir la comarca porteña. ¿Qué lugar quedaría reservado para ellos?
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