Domingo, 23 de septiembre de 2007 | Hoy
EL PAíS › EL PRESIDENTE KIRCHNER HABLO SOBRE LA CONTROVERSIA CON IRAN
Antes de viajar a Nueva York, se refirió a la polémica con Irán. El encargado de Negocios de ese país habló con Página/12 y pidió que el tema fuera canalizado por los máximos órganos judiciales.
Por Martín Piqué
A Néstor Kirchner nunca le gustaron mucho los viajes internacionales, en los primeros tiempos de su gestión no tuvo problemas en hacer público esa aversión. Quiso el destino, o quizá las alianzas exteriores de su probable sucesora, que ahora un foro internacional, nada menos que la Asamblea de las Naciones Unidas, aparezca como la encrucijada más difícil de todo su gobierno y con consecuencias imprevisibles. Kirchner le prometió a un sector de la comunidad judía que aprovecharía su discurso ante la ONU para reclamarle públicamente a Irán que colabore con el fiscal Alberto Nisman y el juez Rodolfo Canicoba Corral. Ahora llegó el momento, pero en el peor escenario imaginable. Justo cuando Estados Unidos y Francia amenazan con desatar una ofensiva militar sobre la república islámica por su política nuclear. Lo delicado de la cuestión se reflejó en el cruce de declaraciones de los últimos días. También en las reuniones reservadas que hasta ahora no trascendieron. Ayer habló del tema el propio Kirchner. “Tiene que funcionar el estado de derecho y se deben contestar todas las rogatorias que se piden. Así como rechazo la invasión a Irak, también pido que entre todos los países la justicia pueda funcionar”, dijo. Horas después, el encargado de negocios de Irán en Buenos Aires, Mohsen Baharvand, dialogó con Página/12. “Necesitamos respeto mutuo”, dijo.
“El único reclamo nuestro es canalizar las diferencias entre ambos países en su canal correcto que es el canal judicial. Necesitamos respeto mutuo, respeto al Estado de Derecho. No queremos conflicto con ningún país en el mundo. Estamos colaborando con la Justicia argentina. Espero que la justicia argentina entienda la verdad. Justicia no es sólo condenar y acusar, la justicia primero es la verdad”, declaró Baharvand anoche a Página/12. De palabras cuidadas y medidas, el tono del diplomático buscaba cambiar el clima para evitar una escalada del conflicto.
Este diario pudo saber que ayer hubo varios contactos formales e informales entre el Gobierno y los iraníes. La última propuesta que escucharon en la Casa Rosada era bastante simple: los iraníes plantearon que el altercado se podría solucionar si los máximos órganos de los Poderes Judiciales de ambos países –léase las Cortes Supremas– intervienen en el caso para garantizar un trato justo hacia los imputados iraníes. Teherán recela sobre la imparcialidad del fiscal Nisman, de quien sospechan sobre todo por haber aceptado información aportada de los servicios de inteligencia estadounidenses e israelíes.
“Queremos un proceso justo en el marco del derecho internacional”, fue el mensaje que transmitieron los iraníes. Y recordaron que en las últimas semanas llegó a la Cancillería una respuesta de más de cien páginas a uno de los últimos exhortos enviados desde Buenos Aires. El tema preocupa mucho al Gobierno y en especial al Presidente, quien sabe que su discurso del martes próximo en la asamblea de la ONU será escuchado con mucha atención por todos los mandatarios del mundo, entre ellos George Bush. Luego de Kirchner le tocará hablar al presidente iraní Mahmud Ahmadinejad: un eventual cruce entre ambos podría constituirse en la comidilla del foro. El peor escenario que imaginan en Teherán, lo quieren evitar a toda costa, es que la Argentina se sume a una condena general y abone a la hipótesis de que Irán es un “Estado terrorista”.
Visto desde la Rosada, el cruce con el país persa se fue convirtiendo en el asunto más grave de la política exterior. La situación se volvió aún más delicada luego de que las autoridades de la DAIA y la AMIA anunciaron que estarán junto a Kirchner cuando él haga su discurso. Para tratar las novedades del caso Irán, el Presidente dedicó la cena del viernes a analizar las distintas opciones que se le presentaban. En la comida participó el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. También fue consultado el canciller Jorge Taiana. El último eligió el silencio, el primero salió a hacer declaraciones con la venia presidencial. “Lo que está claro es que el Presidente ha reclamado y reclama siempre toda la colaboración de quien deba colaborar para saber qué fue lo que pasó en ese atentado espantoso que se llevó la vida de más de 80 personas argentinas. Esto no tiene que molestar a nadie”, dijo ayer el jefe de Gabinete.
El viernes, el encargado de negocios iraní había sido centro de todos los comentarios del Gobierno. En un reportaje al diario Clarín, Baharvand había advertido sobre las consecuencias de un probable discurso de Kirchner. “Este no es el caso de Nora Dalmasso, es un asunto entre dos países que hay que resolver con mucho cuidado. No es necesario que el presidente Kirchner haga algo así. Es posible que, en caso de que el presidente Kirchner acuse a Irán, muchos países interpretarán que la Argentina está a favor de la guerra”, declaró Baharvand. Tras difundirse esas declaraciones, la Cancillería lo citó para manifestarle que la Argentina consideraba “inaceptable” las observaciones que había hecho sobre un mandatario extranjero. Tras esa respuesta inicial, dura en términos diplomáticos, el Gobierno ensayó otros contactos.
El cortocircuito con Irán se veía venir: era esperable si el Presidente mantenía su promesa de demandar a Irán delante de todos los mandatarios extranjeros para que colabore con Nisman. En su dictamen por el caso AMIA, ese fiscal imputó por el atentado que dejó 85 muertos a un libanés y ocho iraníes. Entre ellos se encontraba el ex presidente y miembro de la Asamblea de Expertos, Alí Akbar Hashemi Rafsanjani. En un claro aval de la acusación de Nisman, el juez Canicoba Corral pidió la captura internacional de los nueve imputados. Irán asegura que el dictamen de Nisman es poco sólido y lo desacredita porque entre otros elementos está basado en testimonios de iraníes opositores de la revolución islámica que viven en Europa: son integrantes de los Mujaidines del Pueblo (MKO) y otras organizaciones enfrentadas con los seguidores de Jomeini.
Según el gobierno iraní, los testigos que aparecen citados en el dictamen de Nisman son terroristas. Página/12 pudo constatar que hasta hace poco el Departamento de Estado estadounidense definía a los Mujaidines del Pueblo como una organización terrorista. El pedido de captura de Canicoba Corral prosperó a medias en Interpol: la entidad que agrupa a las policías del mundo rechazó los pedidos de extradición de Rafsanjani, el ex embajador de Irán en Buenos Aires Hadi Soleimanpour y el ex canciller Ali Akbar Velayati. A los otros cinco les dio curso, aunque deberán ser confirmados a través del voto por todos los países integrantes de Interpol en una reunión que se organizará en Marruecos dentro de dos meses. Tanto en Buenos Aires como en Teherán ya se especula con qué pasará en ese foro, donde habrá una fuerte presencia de países islámicos.
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