Hugo Chávez se hizo una escapadita a La Habana antes de volver a Caracas. Después de la Cumbre del Grupo Río, el presidente venezolano decidió hacer una parada sorpresa en la isla caribeña, junto con Yolanda Pulecio, la madre de la rehén de las FARC Ingrid Betancourt, y su compañera negociadora, la senadora colombiana Piedad Córdoba. Los tres se reunieron con el recientemente electo Raúl Castro y varios de sus ministros. Anoche existían rumores que afirmaban que Chávez también se habría podido reunir con su amigo y aliado incondicional, Fidel Castro.

Las autoridades cubanas y venezolanas no quisieron dar información sobre el objetivo de la presencia de Pulecio y Córdoba en Cuba, país que se declara en favor de una salida pacífica al conflicto colombiano, que ha sido sede para diálogos entre Bogotá y el rebelde Ejército de Liberación Nacional (ELN) y que albergó recientemente Rodrigo Granda, el canciller de las FARC y supuesto mediador entre Francia, Colombia y la guerrilla.

Mientras Chávez y su comitiva se saludaban con la primera plana del gobierno cubano, Fidel publicaba una nueva reflexión sobre la crisis que desató el ataque colombiano contra el campamento del número dos de las FARC en territorio ecuatoriano. “El imperialismo fue de todas formas el único perdedor”, sostuvo en el artículo publicado ayer por el diario oficial Granma. “El hecho real es que muy próximo al estallido de conflictos bélicos entre pueblos hermanos como consecuencia de las intrigas yanquis, allí quedó sellada la paz en lo inmediato y la conciencia de que no estamos obligados a guerras entre pueblos que comparten sólidos vínculos de hermandad”, agregó Castro.