La doctrina de las “amenazas asimétricas” de Estados Unidos fue incluida en un documento firmado por el jefe de la Armada, Jorge Godoy. Según el “Anexo Charlie” de ese documento, por “amenazas asimétricas” se entiende, entre otras cosas, el “terrorismo”. En la práctica, esto significó que los marinos se dedicaron a investigar a cualquier persona con rasgos árabes. Así lo demuestran los informes secuestrados en la Base de Puerto Belgrano, con el sello de “estrictamente secreto y confidencial”, en los que los espías llegaban a la conclusión de que en Bahía Blanca “en la comunidad sirio-libanesa no existirían personas de nacionalidad árabe”. También informaba: “En el mes de enero último pasaron por Bahía Blanca seis ciudadanos africanos de origen indio islámico sunnita. Dos de sus integrantes se identificaron como Muhammad”, que quiere decir Mahoma. Un nombre nada común entre los musulmanes. El parte de inteligencia se internaba en la vida de un ciudadano palestino que vivía en esa ciudad. Reseñaban su vida familiar, su carrera y se extrañaban por la falta de colaboración por parte del director de Migraciones de Bahía Blanca, quien les rechazó el pedido de colaboración de los espías con la frase: “Ustedes no tienen nada que ver con esto”. “El delegado de Migraciones podría llegar a tener cierta simpatía o afecto hacia esta persona”, hacían notar, casi con indignación. Acompañaban el informe con fotografías del hombre y del Instituto Argentino Arabe. Y también de los dos Mahomas, de sospechosas barbas.