“Siempre les digo a los diputados que no tengan miedo, que los medios escriban lo que quieran. El miedo lo tienen que tener cuando no se puedan mirar a un espejo porque votaron contra su pueblo.” Faltaban pocas horas para que el oficialismo presentara su dictamen sobre las retenciones móviles en el Congreso. Néstor Kirchner había sido invitado a un plenario de delegados de la Unión Obrera Metalúrgica encabezado por Antonio Caló. Cuando llegó el momento de hablar en el salón de actos Augusto Timoteo Vandor, Kirchner retomó el discurso duro y directo de los últimos días. Su mensaje volvió a ser como una arenga previa a la batalla. “Yo no aprieto a nadie. Lo único que les digo es que tengan buena memoria. Tenemos que defender los intereses que representamos. Yo les hago recordar siempre adónde pertenecemos y por qué nos votaron. Somos de la lista del justicialismo y tenemos que defender a los trabajadores y al pueblo argentino. Si no hubiéramos sido de la lista de la UCeDé.”

Todos los asientos estaban ocupados por delegados de fábrica y, salvo los periodistas y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, no había invitados ajenos a la UOM. Los organizadores habían querido reeditar la patria metalúrgica, un poder paralelo en tiempos de Vandor y Lorenzo Miguel. “Esto era cerrado para nosotros. No invitamos a nadie”, contó a PáginaI12 el intendente de Quilmes, Francisco “Barba” Gutiérrez. Al igual que su compañero Hugo Curto (intendente de Tres de Febrero), Gutiérrez es un histórico dirigente metalúrgico. Además de Kirchner en los asientos VIP se sentaron todos los miembros del secretariado nacional de la UOM.

Caló recordó que el propio Perón había hecho un discurso en ese salón a su regreso de España. Tras esa mención al General, Caló ensalzó con una catarata de elogios a su invitado. “Gracias a su gestión en defensa de la industria nacional, la UOM pasó de 60 mil afiliados 250 mil afiliados”, dijo.

Kirchner insistió con las denuncias de desestabilización contra su esposa. “Tratan de impedir que la compañera pueda gobernar, pero Cristina tiene el temple de acero de una compañera peronista. No le van a doblar las rodillas”, aseguró el ex presidente. Luego les dedicó un párrafo a los peronistas que parecen agruparse en torno de Eduardo Duhalde. “Tenemos que ser firmes y fuertes con los poderosos y absolutamente abiertos con amor por los débiles. Algunos dirigentes de nuestro propio partido, que se olvidan de estas cosas y suelen ser débiles con los poderosos y fuertes con los débiles.”