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El kirchnerismo sabe que no tiene chances reales de ganar en la ciudad de Buenos Aires, pero sin embargo en los últimos días les reapareció la sonrisa, perdida hace tiempo. Es que al beneficio del anticipo de las elecciones se les sumaron nuevas encuestas, que, según dicen, confirman una paulatina y persistente caída de Elisa Carrió, lo que les abre la esperanza de pelear por el segundo puesto, siempre y cuando logren la difícil tarea de conformar un frente de centroizquierda con Aníbal Ibarra.

Una de las preocupaciones del kirchnerismo porteño cuando el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, resolvió desdoblar las elecciones locales y las nacionales, era que la segura derrota transformaría a la Capital Federal en una nueva Catamarca, con toda la sobreexposición que tendría el tema en los medios. En cambio, al unificarse ambas para el 28 de junio, ya no hay posibilidad de “antecedente”.

Ayer al mediodía se reunieron los principales dirigentes K de la Capital –varios de los cuales fueron o son ministros nacionales– y festejaron encuestas. Aseguran que esos números indican que hoy Gabriela Michetti tiene un 35 por ciento de intención de voto; Carrió, un 22 por ciento; Daniel Filmus, 13 por ciento; Aníbal Ibarra, 12 por ciento; Fernando “Pino” Solanas, 10 por ciento, y Jorge Telerman, 5 por ciento. De allí hubo un paso a imaginar que si hacen una alianza con Ibarra pueden sumar como para pelearle el segundo puesto a Carrió.

Esa alianza no cuenta con la bendición del presidente del PJ, Néstor Kirchner, aunque quienes lo frecuentan aseguran que poco a poco está siendo cada vez más permeable a esa posibilidad.

Sabiendo que ese hipotético acuerdo no es sencillo, desde hace tiempo el senador Filmus viene soportando una fuerte presión para asumir la candidatura del kirchnerismo. La presión se redobló apenas se conoció la decisión de anticipar las nacionales y algunos, incluso, lo nominan para la Legislatura.

Cerca del ex ministro de Educación dicen que no lo entusiasma mucho esa posibilidad, pero también creen que llegado el momento, y si no hay acuerdo con Ibarra, no tendrá mucho margen para decir no. Filmus suele argumentar que, cuando eran candidatos, debatió en televisión con Michetti y ambos se comprometieron públicamente a no abandonar los cargos para los que fueron elegidos. “Si Miche-tti va como candidata se lo vamos a recordar”, advierte.

Si no es Filmus, el otro hombre fuerte que tiene para poner en juego el kirchnerismo es el ex canciller Rafael Bielsa, y también consideran buena candidata a la presidenta del Banco Nación, Mercedes Marcó del Pont.

Un nombre que les cierra a todos para encabezar la lista para la Legislatura porteña es el de Carlos Heller, sobre quien Kirchner no ahorra elogios. Tanto es el respeto de Kirchner por Heller que fue a uno de los pocos a los que llamó para anticiparle que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner iba a anunciar el adelantamiento de las elecciones y pedirle opinión al respecto.

El problema, y no pequeño, es que Heller pertenece al mismo espacio que Ibarra. Los que fogonean un acuerdo con el ex jefe de Gobierno justamente lo ven más como una ventaja más que como un obstáculo.

La idea del kirchnerismo porteño para poder conformar un frente de centroizquierda es prescindir de apoyaturas o críticas al gobierno nacional y centrarse en las diferencias en común que tienen con el macrismo. Bajo ese paraguas hasta intentan convencer al diputado Claudio Lozano, a quien consideran como un habitante del mismo espacio.