El fiscal federal Gerardo Di Masi le pidió al juez Claudio Bonadío que abra la investigación penal contra el ex titular del Banco Central Martín Redrado, por posible malversación de fondos y enriquecimiento ilícito. El “requerimiento de instrucción”, como se llama este paso formal, es indicador de que para la fiscalía hay razones para sospechar que el ex funcionario podría haber cometido algún delito. La causa se inició con una denuncia del abogado Eduardo Barcesat basada en una nota publicada por Página/12: un informe del directorio del BCRA reveló que durante la presidencia de Redrado en el BCRA se realizaron llamativos gastos en talleres de yoga, tango y fotografía, también en funciones de títeres, refrigerios para el personal policial, revistas y agasajos. Sólo en el primer semestre del año pasado se gastaron 154,6 millones de pesos en esos rubros, según el reporte del directorio.

Como para iniciar la pesquisa, el fiscal Di Masi pidió que el BCRA aporte los expedientes originales de las contrataciones cuestionadas. También requirió las declaraciones juradas de Redrado mientras fue funcionario: bajo la lupa están sus gastos y también la adquisición de su casa, ubicada en las calles 3 de Febrero y Gorostiaga, en Belgrano R. Una vez que esté reunida la documentación, se citaría a testificar a los directores del banco que participaron en el informe sobre el destino que se le habría dado –sin su aval– a una parte del presupuesto destinado a financiar la entidad monetaria.

La lista reconstruida por el directorio cita desembolsos, de los primeros meses del año pasado, por 150 mil pesos en funciones de títeres, 16.600 en talleres de yoga, 2,2 millones destinados a la compra de diarios, revistas, suscripciones de Internet y “otros objetos coleccionables”, 578 mil pesos en “gastos de cortesía y agasajos”, 3 millones en la contratación de aviones de las fuerzas de seguridad, 6500 en un taller de tango y 8600 en un taller de fotografía.

De acuerdo con el documento, Redrado pagó 106.865 pesos por un auto Passat azul y destinó otros 98 mil pesos a blindarlo. Utilizó 109.854 pesos para refrigerios del personal policial y operadores de scanners de Gendarmería y adquirió chalecos antibalas por 19.200 pesos.

El informe agrega que el ex Golden Boy contrató al comisario Alberto Capuchetti, ex superintendente de seguridad metropolitana, con una remuneración de 14 mil pesos mensuales brutos con el propósito de “asesorarlo en materias no especificadas”. Capuchetti pasó a retiro luego de haber comandado el operativo represivo en la fábrica recuperada Brukman.

Redrado hizo una presentación en el juzgado de Bonadío en la que explica las contrataciones y asegura que nada era para su propio beneficio. Señala que algunos de los convenios fueron previos a su gestión y que, en su mayoría, los aprobaba el directorio para luego ser ejecutados por las gerencias. Asegura que en los expedientes internos no figura su firma. Sobre su vivienda, que estaría valuada en varios millones, no dijo nada.