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La dupla Leopoldo Moreau-Federico Storani ha resultado imbatible en los últimos 20 años del radicalismo bonaerense. Después de un largo rato sin elecciones internas, los dos caciques deberán medir sus fuerzas en las urnas con el diputado Ricardo Alfonsín y poner en juego su cuota de participación en el radicalismo que se viene. Cercanos al vicepresidente Julio Cobos y aliados del intendente de San Isidro Gustavo Posse, los miembros de la ex Coordinadora Nacional se juegan todas sus fichas hoy. “Ellos son los que se repiten desde hace 15 años”, retruca Storani cuando se le pregunta por la renovación partidaria, slogan del alfonsinismo.

Y agrega: “Ricardo ha sido dos veces candidato a gobernador, candidato a diputado; Miguel Bazze, candidato a vice y a diputado. Los que no repetimos candidaturas somos nosotros”.

–¿Qué está en juego en esta elección?

–El perfil de partido que se quiere construir. Nosotros queremos un partido amplio, que sea capaz de mantenerse férreamente unido para constituirse en un imán de atracción de otras fuerzas políticas afines y construir un espacio socialdemócrata moderno. El otro modelo es un partido más tradicional a pesar de que digan que son lo nuevo. Porque cada vez que hemos hecho un planteo de reincorporaciones hemos tenido inconvenientes. Si bien hablan de un partido amplio, ponen todos los palos en la rueda para concretarlo.

–¿Es la previa de una interna nacional entre Cobos y Alfonsín?

–Absolutamente no. De nuestra parte, esta era una elección tranquila, para renovación de autoridades partidarias. Fue el acto en Ferro de Alfonsín el que intentó nacionalizar la campaña. Aunque no se diga formalmente, fue una suerte de lanzamiento de precandidatura. Además, con apoyos externos como el caso de Carrió, que dijo explícitamente que su candidato es Ricardito. Recordemos que durante muchísimos años Carrió descalificaba con los peores epítetos a Raúl Alfonsín y lo ponía como representante de la vieja política y con las peores prácticas.

–¿Esta elección impactará en las candidaturas presidenciales?

–Depende de la lectura de los medios. Para mí se hizo una mala lectura de que esto podía ser un trampolín que diera un golpe de efecto para una elección nacional. Pero para nosotros es demasiado prematuro. Lo primero que hay que hacer es afianzar la recuperación del partido y diseñar una estrategia de alianzas, que el primer nivel debe ser con los socialistas. El primer elector no debe ser Carrió.

–¿Es una pelea por la renovación de la UCR?

–No hay ninguna renovación. Ni lo nuevo, ni lo viejo. Son los mismos recursos que se usan a último momento que ni siquiera son originales. Hace mucho que no hay elecciones internas. Las conducciones fueron integradas, por lo tanto fueron corresponsables de la conducción partidaria. Respecto a las candidaturas, ellos son los que se repiten desde hace 15 años. Ricardo ha sido dos veces candidato a gobernador, candidato a diputado, Miguel Bazze, candidato a vice y a diputado. Los que no repetimos candidaturas somos nosotros. No sé cuál es el planteo de la verdadera renovación.

–¿Cómo se explica que el cobismo se fue cuestionando la conducción de la UCR bonaerense y ahora vuelve de la mano de ustedes, a quienes criticaban?

–No todos los que se identifican con Cobos están de este lado, también están del otro lado. Tampoco el cobismo es una fuerza disciplinada. Es cierto que Posse nos acompaña porque nosotros hemos tenido más coherencia en la práctica. Los otros decían lo mismo pero después ponían trabas y problemas para su reintegración.

–¿Qué piensa de las denuncias de irregularidades de parte del sector de Alfonsín?

–Están contagiados por “la gran Carrió”, que hace lo mismo cada vez que hay una elección general. Ellos también conducen este proceso electoral porque tienen al presidente y al secretario general del partido, los dos cargos más importantes. Integran proporcionalmente la junta y la convención del partido.

–¿Cuál es el pálpito para hoy?

–Soy optimista. Pero puede pasar cualquier cosa porque hace mucho que no se vota. Depende del grado de participación. Mi impresión es que nosotros tenemos mucha más militancia en el Gran Buenos Aires, donde el partido ha crecido.