La sexta jornada del juicio contra Jorge Rafael Videla y Luciano Benjamín Menéndez, junto con otros 29 imputados por delitos de lesa humanidad, pasó a cuarto intermedio hasta el martes próximo. Entre los testigos pasó por el estrado María Cristina Díaz, hija de Eduardo Florencio Díaz, uno de los 31 fusilados entre abril y octubre de 1976. “Lo entregaron a cajón cerrado” para evitar que los familiares vieran el estado en que se encontraban por las salvajes torturas, declaró ella, y agregó que su hermano, en la morgue del Hospital Militar, aprovechó un descuido de la guardia y pudo ver el cuerpo “mutilado por la tortura, castrado, le faltaba un brazo y tenía numerosas heridas de balas”. Antes, Carlos Tanicelli, un ex policía imputado en la causa, reveló una segunda foto como prueba de que el actual titular de la Cámara Federal de Apelaciones, Luis Rueda, habría participado de reuniones en dependencias del Servicio de Inteligencia Aeronáutica. También prestaron su testimonio Marta Díaz, viuda del asesinado Eduardo Bártoli, y Rosario Rodríguez de Balustra, cuyo esposo, Pablo Alberto Balustra, también fue fusilado en un simulacro de fuga.