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Como contrapartida del proyecto de la Ley de Financiamiento Educativo que el viernes lanzó el Gobierno, los candidatos de PRO, Ricardo López Murphy y Mauricio Macri, presentaron en el Congreso su propia iniciativa. Se trata del Plan Nacional de Educación, un amplio conjunto de reformas, entre ellas elevar de 350 a 700 las horas de clase.
“Creemos que este programa es factible, fácilmente verificable y de un enorme impacto en términos de reinserción de la población al proceso productivo para constituir una sociedad igualitaria”, dijo el economista, cuyo plan de reajuste universitario precipitó su caída al frente de Economía durante el gobierno de De la Rúa. Al respecto López Murphy se defendió: “Mi propuesta era más chica de lo que finalmente ocurrió con la devaluación y la pesificación”.
El plan contempla siete puntos en los que, además de extender el ciclo lectivo, prevé 15 años de educación obligatoria, establece que las escuelas tengan doble jornada y plantea el otorgamiento de becas para los niños de bajos recursos. Asimismo propone incluir a los chicos de 3 y 4 años en el programa de educación obligatoria y establece la necesidad de capacitar a los beneficiarios de planes sociales que no concluyeron sus estudios para reinsertarlos en el mercado del trabajo.
Si bien ambos candidatos se mostraron a favor del proyecto educativo que la administración de Néstor Kirchner envió el viernes, los dos coincidieron en que su propuesta es “superadora” de esa iniciativa oficial. “Creemos en la educación pública y gratuita. Es una herramienta muy valiosa en términos de equidad social y un instrumento de movilidad potente”, concluyó exultante el jefe de Boca.