Sábado, 20 de mayo de 2006 | Hoy
PEDRO KESSELMAN *.
Las reformas que se están impulsando son elementales para ayudar a recuperar los derechos laborales que fueron arrasados desde 1976. La modificación del artículo 66 de la Ley de Contrato de Trabajo que le permite al empleado accionar judicialmente para mantener su condición laboral en caso de un acto abusivo no es más que un restablecimiento del artículo 71 de la vieja ley de 1974 derogado por la dictadura militar. Elevar el plazo de prescripción de 2 a 5 años desde que es violado un derecho es algo lógico porque muchas veces el trabajador prefiere no reclamar porque tiene miedo de perder su empleo. Y si después termina siendo despedido, ya no puede hacerlo. La posibilidad de exigir una constancia de aportes previsionales también es un derecho básico. En el caso de la indemnización por despido, los topes ya fueron considerados inconstitucionales por la Corte Suprema en el caso Vizzoti. Los empresarios siempre se quejan porque lo que cuestionan en definitiva es el derecho a la estabilidad laboral.
* Abogado laboralista.
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EDUARDO CURIA *.
Es importante evitar un proceso de reforma laboral que lleve a un extremo simétricamente opuesto al que se construyó en la década del ’90. En ese momento se aplicó un esquema de ultraflexibilidad tendiente a bajar los costos para intentar corregir la distorsión generada por el tipo de cambio fijo. Eso no se logró porque era imposible modificar el efecto de los precios relativos por esa vía. Ahora que, con la devaluación del peso, se corrigió la macroeconomía, el error simétricamente opuesto sería volver a “rigidizar” el esquema laboral, porque eso puede terminar afectando la ocupación aun en el contexto actual. Si bien se sigue creando empleo, la elasticidad está bajando y estas iniciativas la podrían afectar más. Antes de impulsar modificaciones en la legislación laboral, se necesita un encuadre económico y social más vasto y una conducción política que ejerza un control directo. El Congreso tendría que reflejar orgánicamente un acuerdo entre los distintos sectores y no darles cauce a iniciativas de carácter espontáneo.
* Economista.
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