Sábado, 20 de mayo de 2006 | Hoy
SOCIEDAD › UN CURA SANCIONADO POR EL PAPA
Por Enric González*
Desde Roma
El papa Benedicto XVI, en un gesto inusual y cargado de significado contra la pederastia, impuso ayer al sacerdote mexicano Marcial Maciel Degollado, fundador de la poderosa Congregación de los Legionarios de Cristo, la renuncia “a todo ministerio público” (misa, presencia pública y confesión), tras realizar un “examen atento” de las denuncias por abusos sexuales presentadas contra Maciel por varios antiguos seminaristas. El Vaticano anunció, con un comunicado, que renunciaba a someter a Maciel a un proceso canónico a causa de su “edad avanzada”, 86 años, y de su frágil estado de salud.
La denuncia que ha desembocado en el castigo arrancó cuando ocho ex seminaristas enviaron en 1998 una carta a Roma narrando los abusos que habían sufrido de adolescentes a manos de Maciel, en los años ’40 y ’50, en España.
“A partir de 1998 –dice el comunicado vaticano–, la Congregación para la Doctrina de la Fe recibió acusaciones, que ya en parte se hicieron públicas, contra el reverendo Marcial Maciel Degollado, fundador de la Congregación de los Legionarios de Cristo, por delitos reservados a la competencia exclusiva del dicasterio. En 2002 –seguía–, el padre Maciel publicó una declaración para negar las acusaciones y para expresar su descontento por la ofensa que le infligían algunos ex legionarios de Cristo. En 2005, por motivos de edad avanzada, el padre Maciel abandonó el cargo de superior general de la congregación.”
El comunicado añadía que “todos estos elementos fueron objeto de un examen maduro por parte de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y según el motu proprio Sacramentorum sanctitatis tutela (una instrucción creada en 2001 por Juan Pablo II para hacer frente a los delitos sexuales dentro de la iglesia católica), el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cardenal Joseph Ratzinger, autorizó la investigación de las acusaciones. En ese tiempo ocurrió el fallecimiento del papa Juan Pablo II y la elección del cardenal Ratzinger como nuevo pontífice”.
El tercer párrafo establece la sanción: “La Congregación para la Doctrina de la Fe, bajo la guía del nuevo prefecto, cardenal William Joseph Levada, decidió, teniendo en cuenta la edad avanzada del padre Maciel y su frágil salud, renunciar a un proceso canónico e invitar al padre a una vida reservada de oración y penitencia, renunciando a todo ministerio público”.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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