El gobierno de Uruguay celebró la resolución de la Corte de La Haya, pero lo hizo con cuidado suficiente para no irritar el ánimo de los argentinos y realizó en ese marco nuevos gestos de acercamiento. “Se nos ha dado la razón, pero la misma debe ser administrada con corrección y equilibrio. No consideremos esto como un acto de triunfalismo, sino como la apertura de un entendimiento”, sintetizó el canciller uruguayo, Reinaldo Gargano, y fijó así la línea que después siguieron el vicepresidente Rodolfo Nin Novoa y el ministro de Medio Ambiente, Mariano Arana. Los tres se pronunciaron, además, en contra de los cortes de ruta.

Aun cuando exhibió su agrado con lo resuelto por la Corte de La Haya, Gargano mostró cautela en sus declaraciones y aclaró que “no se trata de un triunfo ni de una derrota”. En el mismo sentido, Novoa manifestó que “asumimos este resultado con satisfacción porque un conjunto de jueces internacionales ven que aquello que nosotros estábamos diciendo teníamos razón”, pero a continuación remarcó: “No vamos a caer en una deportivización del resultado. Uruguay no le gana a la Argentina”.

El vicepresidente de Uruguay dijo que “es más que imposible” que el gobierno de Tabaré Vázquez vaya a detener la construcción de las papeleras, aunque aseguró también que “si hay alguien que está absolutamente interesado en que estas plantas no contaminen, somos los uruguayos. Tenemos compatriotas viviendo al lado de ellas y en consecuencia el primer análisis que hacemos es reiterar a las autoridades argentinas la posibilidad de hacer tareas en conjunto que nos den tranquilidad a todos los habitantes de la región”.

Gargano adelantó que su país planteará ahora a la Argentina “la constitución de una comisión técnica de seguimiento y monitoreo de las plantas” en el seno de la Comisión Administradora del río Uruguay. “El camino a transitar es el de la tolerancia, el de la buena fe, el de extender la mano para el diálogo y la amistad.”

Arana no desentonó y llamó “a actuar con serena reflexión, racionalidad y respeto al gobierno hermano, a su población y a los criterios que sustentan las preocupaciones de Gualeguaychú”. El funcionario afirmó que su gobierno no está “para defender empresas, sino para defender el medio ambiente y los derechos de la población a vivir con dignidad” y asumió el compromiso “de la estricta observancia de las normas vigentes en Uruguay, en defensa de la biodiversidad y de la vida”.

En Montevideo se anticiparon también al retorno de los cortes de ruta. Gargano adelantó que Uruguay “exigirá que se cumpla el derecho internacional, empezando por el artículo primero del Tratado de Asunción, que establece la libre circulación”. “La contundencia del veredicto hace una fuerza suficiente como para que los ambientalistas no se comporten de la manera en que se comportaron anteriormente”, subrayó Novoa, y agregó: “Si el fallo hubiera sido adverso, hubiéramos acatado y no tengo ninguna duda de que el gobierno argentino va a responder en el mismo sentido”.