El centro clandestino de detención conocido como Pozo de Arana funcionó entre 1976 y 1977 en la Brigada de Investigaciones de La Plata. Miguel Kearny fue uno de los jefes del lugar, un comisario inspector retirado que estuvo a punto de quedar detenido en 1986, aunque las leyes de impunidad lo impidieron. Después de varios años de investigación, la Justicia federal de La Plata acaba de detenerlo, indagarlo y ordenar su prisión domiciliaria, en el marco de la causa en la que se investigan los secuestros, torturas y homicidios en Arana. La detención de Kearny es la cuarta captura que dictó el juez Arnaldo Corazza de La Plata en esta semana. Corazza y el fiscal Sergio Franco trabajan en la causa paralizada tras la sanción de la ley de punto final y obediencia debida. En este momento, Kearny tiene 70 años de edad. Corazza lo indagó el martes pasado, durante una audiencia en la que el represor se negó a dar su testimonio. Tras ese trámite, el juzgado ordenó el beneficio de la prisión domiciliaria. Entre otras causas, el juzgado lo cree autor directo de privaciones ilegales de libertad, tormentos y tentativas de homicidio calificado cometidos en el ámbito de la Brigada de Investigaciones de La Plata y en el Destacamento de Arana. Esos hechos no forman parte de los que relevó en su momento la Cámara porteña, sino de aquellos que fueron surgiendo a partir de testimonios y pruebas recogidas en las audiencias del Juicio por la Verdad en manos de la Cámara Federal de la Plata, desde el año 2000 en adelante. Entre sus víctimas se cuentan jóvenes de la llamada “Noche de los Lápices”.