“¿Dónde va la gente cuando llueve?”, se preguntaban en los ’70 tanto Pedro como Pablo. Ayer a la tarde no había lugar donde ir cuando en menos de 40 minutos cayeron más de 50 milímetros de agua sobre la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense. El área metropolitana fue un verdadero caos, producto de las intensas lluvias. Barrios inundados, subtes con demoras o interrumpidos en su servicio, nuevos cortes de energía eléctrica, fueron algunos de los inconvenientes que se vivieron a raíz del diluvio. Sin embargo, el hecho más alarmante se produjo en Avellaneda, cuando en medio de la tormenta un chico de 14 años murió electrocutado.

El diluvio comenzó poco antes de las 17 y pasadas las 17 y 15 el SMN declaró un alerta meteorológico por “tormentas fuertes y probable caída de granizo” para la Capital Federal, el norte de Buenos Aires y otras regiones (como el sudeste de Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe). Según reportó el organismo dependiente del Ministerio de Defensa, “sobre una masa de aire cálido, húmedo y muy inestable que prevalece sobre el área de cobertura, han comenzado a desarrollarse chaparrones y tormentas que en forma aislada producen abundante caída de agua”.

Era una calurosa tarde. De pronto el cielo gris se puso negro, el viento empezó a soplar muy fuerte y comenzó a llover de manera torrencial. En un parpadear de ojos, la lluvia se transformó en cortina que caía a chorros. De hecho, en menos de 40 minutos el agua acumulada provocaba serios inconvenientes en calles, barrios y, sobre todo, en el tránsito.

Como es costumbre, los barrios más afectados por las inundaciones fueron Barracas, La Boca, San Cristóbal, Barrio Norte, Palermo, Once y Constitución. Por ejemplo, a las 18, en Libertador y Tagle –frente a los bosques de Palermo– el agua tapaba completamente calles y veredas y parte de los autos que esperaban, en largas filas, poder salir de la zona.

Algo similar se vivió en las inmediaciones del Puente Pueyrredón, ya que, a raíz de la gran cantidad de agua acumulada en las calles laterales, no sólo hubo un enorme congestionamiento de tránsito sino que, además, algunas personas debieron ser socorridas porque su vehículo se llenó de agua. Los peatones que necesitaban cruzar calles cercanas a Plaza Miserere –Pueyrredón y Rivadavia– o Plaza Italia –Santa Fe y Las Heras– tuvieron que hacerlo con el agua hasta las rodillas. En La Boca, las inundaciones de calles impidieron el tránsito de algunos vecinos, que desde las altas veredas observaban cómo algunos autos se deslizaban como góndolas por el agua. En un paso a nivel de Almagro, un auto fue arrastrado por la tormenta y quedó varado en el paso a nivel de Yatay, en el cruce con la calle Lezica, por lo que el conductor tuvo que abandonarlo nadando, por la cantidad de agua que lo rodeaba.

También muchos habitantes de la ciudad estuvieron varias horas sin luz, algunos vecinos están hace días sin suministro y a otros se les cortó la energía producto de las lluvias.

Por otro lado, la copiosa caída de agua provocó problemas tanto en el tránsito como en el servicio de transporte de pasajeros. Fue tal el caos de vehículos en algunos puntos anegados, que a las 19 la Agencia Nacional de Seguridad Vial declaró la emergencia vial tanto en la ciudad como en algunas zonas del conurbano bonaerense. De hecho, el organismo dependiente del Ministerio del Interior recomendó no circular por las principales avenidas, calles y autopistas de ingreso o egreso a Capital Federal hasta que pasara el alerta meteorológico. Asimismo, se insistió durante la noche en que los autos evitaran circular por las avenidas bajas como Constituyentes, San Martín, Gaona y la ex ruta 9, en Zárate, Campana y Benavídez. El servicio de Metrovías también se vio afectado por las condiciones climáticas. Las líneas C, D y H estuvieron interrumpidas durante varias horas, mientras que la línea B y la A realizaron un recorrido reducido. El vocero de Vialidad Nacional, Ernesto Arriaga, confirmó que “las líneas de subte C, D y H estuvieron interrumpidas por inundaciones y la E, dado que no estaba tan afectada, prestó servicio reducido”.

No obstante, la tormenta provocó daños aún más graves. En el partido bonaerense de Avellaneda un adolescente murió electrocutado mientras jugaba a la pelota bajo la lluvia. Según fuentes de Defensa Civil provincial, el accidente se habría producido cuando el muchacho de 14 años “fue a buscar la pelota contra un alambrado, que estaba todo mojado porque estaban jugando al fútbol en una cancha de Villa Tranquila y el alambrado quizás estaba rozando con algún cable”. Sin embargo, ayer empezó la investigación para saber cuáles fueron causas precisas del fallecimiento.