Los investigadores del caso del francotirador ya tienen elementos decisivos, entre ellos los periciales, para determinar que el sujeto que disparó a mansalva, sin razón alguna, en la avenida Cabildo lo hizo al menos en otra oportunidad y con las mismas características. La pericia no está todavía firmada, pero el anticipo que les dieron a los pesquisas es que efectivamente hay coincidencia entre el arma usada en Cabildo y José Hernández y otro de los tres hechos ocurridos en la zona: la ráfaga disparada contra una confitería de Crámer y Juramento, una serie de nueve disparos que impactaron el 16 de junio en un tren cerca de la estación Belgrano R y también una ráfaga de diez disparos contra un colectivo en Olazábal y Moldes. Por lo tanto, los analistas del caso afirman que todo se concentra en la búsqueda de un sujeto que seguramente vive solo –de lo contrario su familia ya lo habría denunciado–, planifica el ataque y la huida. Por las características del individuo, la campera negra, la cabeza rapada, buen estado físico y entrenamiento de tiro, se está haciendo un relevamiento en los gimnasios de la zona y, especialmente, en los polígonos de tiro, ya que usó la postura de disparo conocida como Webber & Scott, habitual en esos lugares. Hoy se realiza una concentración en José Hernández y Cabildo, a las 19, para reclamar justicia por lo ocurrido hace una semana.

Hasta el día de ayer, los investigadores todavía barajaban una hipótesis que ahora quedó prácticamente descartada: la que sostenía que podía existir una vinculación entre el agresor y el herido que se encontraba más cerca. Este herido tenía –según los investigadores– un antecedente muy grave: una causa por tenencia de armas de guerra investigada por la Brigada Antiterrorista y que se vinculaba con una venta de armas en una villa de emergencia.

Pero los resultados iniciales de la pericia y la comprobación de que el agresor ya atacó al menos en otra oportunidad llevaron a desestimar la investigación de lo ocurrido en Cabildo y José Hernández como un ataque a una persona en particular. “Ya el problema no es un conflicto con un fulano al que el agresor le disparó”, explicó a este diario un criminalista.

Página/12 no tuvo acceso a las pericias, pero sí está en condiciones de afirmar que la misma pistola que se usó en Cabildo y José Hernández, y con la que el francotirador mató a Alfredo Marcenac, fue usada en al menos uno de los tres hechos siguientes:

- El ataque del 2 de marzo a la confitería Balcarce, de Crámer y Juramento. Fue herida una joven. El desconocido huyó en una bicicleta, pero hay algún testigo que afirma que se subió con la bicicleta a un tren.

- Una ráfaga disparada el 16 de junio a las 23.41 contra una formación del Ferrocarril Mitre en las inmediaciones de la estación Belgrano R. Las balas impactaron en tres vagones. No hubo heridos.

- Otra ráfaga similar contra un colectivo de la línea 67 en la esquina de Olazábal y Moldes, en junio del año pasado, el domingo en que se celebraba el Día del Padre. No hubo heridos.

Por ahora, los pesquisas mantienen en secreto la información sobre cuál es el hecho en el que se usó la misma pistola que hace una semana. Entre otras cosas porque la investigación ahora llevará a volver a analizar minuciosamente ese incidente y ver si de él se pueden sacar conclusiones que ayuden a atrapar al francotirador de la avenida Cabildo.

Lo que se ratifican son las características del individuo: campera negra, bandera argentina cosida, físico alto y atlético, pelo rapado y algún nivel de entrenamiento en tiro. Eso es lo que llevó en las últimas horas a realizar una búsqueda de pistas en los polígonos de tiro y en algunos gimnasios de la zona, ya que todos los ataques enumerados se corresponden con una misma parte de la ciudad y el radio es de unas 20 cuadras.

Esta tarde, a las 19, habrá una marcha del silencio en la esquina de José Hernández y Cabildo, cuando se cumple una semana del ataque. Estarán los padres del joven Marcenac y habrá un reclamo por justicia y seguridad.