Jueves, 13 de julio de 2006 | Hoy
EL PAíS › PARA ZAFFARONI HAY QUE DEBATIR UNA REFORMA PENAL
El juez de la Corte analiza virtudes y defectos del anteproyecto de Código Penal que elaboró una comisión experta y que el Ejecutivo frenó. “La ley actual es irracional, hay que cambiarla con tiempo”, dice.
Por Irina Hauser
“Si esta discusión no la sigue el Gobierno nos haremos cargo los académicos.” No lo dice un académico del montón, sino el juez de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni, preocupado por la reforma del Código Penal, que el ministro de Justicia, Alberto Iribarne, el martes último dio por congelada. El penalista elogia, en diálogo con Página/12, algunos aspectos del anteproyecto que elaboró una comisión de especialistas en el ámbito de la Secretaría de Política Criminal, pero cuestiona otros. “El aborto hay que discutirlo por otro lado, porque es un tema que hace fracasar cualquier proyecto”, advierte.
La polémica por el Código Penal quedó instalada desde que se conoció la propuesta para modificarlo elaborada por un grupo de especialistas que trabajó en el propio Ministerio de Justicia, coordinado por el secretario Alejandro Slokar. La idea general apunta a devolverle coherencia a una legislación modificada por retazos, 900 veces, desde 1922. Pero hubo ciertos puntos del borrador donde se focalizó la controversia: elimina la prisión perpetua y pone una pena máxima de treinta años, despenaliza el aborto en los tres primeros meses de gestación, legaliza la tenencia de droga para consumo personal, alivia los castigos en ciertos casos de eutanasia y eleva la edad de imputabilidad de los menores de 16 a 18 años.
El Poder Ejecutivo, a través del ministro Iribarne, aclaró anteayer que no le interesa enviar un proyecto al Congreso para impulsar los cambios ni “este año ni el que viene”.
–¿Le sorprendió que el Gobierno dé casi por cerrado este debate, al menos por ahora? –le preguntó este diario a Zaffaroni.
–El Gobierno entendió mal la discusión sobre el Código Penal. Es un tema que requiere un extenso y profundo debate. Lo tomaron como una bandera y no es así. El Código de 1921 se empezó a armar en 1891. En Alemania la reforma tardó diez años, en Suiza cincuenta. Tampoco digo que se demore tanto, pero es evidente que hace falta una reforma y que requerirá tiempo. El Código actual presenta una gran irracionalidad de las penas. Sale más barato darle un balazo a alguien que amenazarlo, es más grave un delito contra la propiedad que contra la vida.
–¿Qué le pareció el anteproyecto de la comisión de juristas?
–Me parece una base de trabajo positiva, para poner en discusión. La gente que elaboró esta propuesta es la mejor que hay en el derecho penal argentino. Ahora tendría que venir la etapa de análisis y debate, con todos los institutos de derecho penal del país, es decir, que se puedan escuchar las distintas opiniones técnicas. Eso, por supuesto, lleva tiempo. Supongo que solamente analizar la parte especial del Código, que se refiere a los delitos en particular, a una persona le puede llegar a llevarle seis meses.
–¿Cuál le parece el mayor acierto de la propuesta y cuál el mayor desacierto?
–La orientación es un gran acierto. Apunta a revertir la anarquía legislativa que tenemos hoy. El Código es una ley orgánica. El tema del aborto habría que discutirlo por otro lado, porque es uno de los que siempre hace fracasar cualquier proyecto de Código. Lo que digo es que hagamos ese debate en otro lado. En Austria y en Alemania, por ejemplo, se vio que generó problemas.
–El aborto no es el único tema que aquí generó irritación.
–Eliminar la prisión perpetua y poner una máxima de treinta años es algo realista. Brasil, por ejemplo, tiene una máxima de treinta años. En ningún país existe la perpetua, sacando las locuras que pueda hacer Estados Unidos. La edad de imputabilidad es una discusión seria, que debe ser trabajada, donde hay distintas posturas. Igual que la eutanasia. Pero meparece más complicado el análisis de cada delito en particular. Hay que cuidar no generar un vacío de impunidad. Y ver posibles contradicciones.
–¿Notó contradicciones en el borrador en danza?
–Algunas. Introducen la culpa grave temeraria (una nueva escala que se agrega a entre un delito culposo, la imprudencia y el dolo eventual), para evitar la arbitrariedad. Pero eso es volver al XIX. Si califico la culpa por la gravedad del deber no la puedo calificar por la gravedad del resultado. Según el texto, si el resultado de un accidente de tránsito es más de dos muertos, entonces hay culpa grave, pero eso bien puede ser una cuestión de azar.
–El ministro Iribarne dice que él prioriza una reforma procesal que acelere los tiempos de la Justicia (algo que a nadie le va a molestar), sobre la penal. ¿Debe ser así?
–Los dos son temas trascendentes que requieren cambios. La reforma procesal es importante. Pero si esta discusión sobre el Código Penal no la sigue el Gobierno nos haremos cargo los académicos. Todavía incluso está pendiente incorporar delitos obligatorios por los tratados internacionales.
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