El dato forma parte de lo cotidiano y aun así es desconocido o ignorado por muchos. En la ciudad de Buenos Aires los vecinos deben sacar los residuos únicamente de domingos a viernes entre las 20 y las 21. Sin embargo, según los datos del Ministerio de Medio Ambiente porteño, de las 4 mil toneladas de basura producida por día, entre 600 y 800 son colocadas en las veredas fuera de horario. El gobierno de la ciudad pretende terminar con esos desajustes por medio de la aplicación de multas a quienes infrinjan la norma y con ese fin envió un proyecto de ley a la Legislatura. Mientras que los funcionarios defendieron la iniciativa, la Asociación Civil de Propietarios de Inmuebles consideró que las multas son “impracticables” y responsabilizó por la suciedad de la ciudad a los cartoneros.

El proyecto impulsado por la comuna es una modificación del Código de Faltas que, si se aprueba, castigaría con multas de entre 50 y 500 unidades de falta –cada unidad de falta equivale a un peso– a los frentistas que tengan bolsas con basura frente a su casa, fuera de horario.

La modificación, que en los próximos quince será debatida por los legisladores, señala: “El titular o responsable del inmueble frentista donde se verificare la presencia de residuos dispuestos fuera del horario y los días permitidos es sancionado con 50 a 500 unidades fijas”. El castigo puede ascender hasta las 5000 unidades si el inmueble está afectado al Régimen de Propiedad Horizontal o si se trata de una empresa o edificio comercial.

¿Qué pasaría en el caso en el que el propietario no haya sido el responsable de esa bolsa con basura desubicada? De acuerdo con el Ministerio de Medio Ambiente, se habilitará la línea 0800-999-2727 para que la gente llame y avise que le colocaron una bolsa en su puerta, con lo que quedaría en un registro para evitar una posible multa.

Para el ministro Marcelo Vensentini la modificación propuesta permitiría “tener algunas acciones que nos permitan actuar sobre situaciones en las cuales se rompen las bolsas de residuos”. “La mayor cantidad de problemas tiene que ver con las casas individuales. Con los encargados de edificios tuvimos mucha ayuda. Hay lugares en los que estamos haciendo un plan especial, pasando hasta cuatro veces por día, y siempre hay bolsas en la calle. Todos tenemos una responsabilidad”, comentó el funcionario.

Planteado como está, el proyecto generó opiniones encontradas. Marcos Bergenfeld, presidente de la Asociación Civil de Propietarios de Inmuebles, lo criticó por considerar que “es un proyecto que nace muerto, porque es totalmente impracticable. Los propietarios van a su trabajo por la mañana y después regresan y se encuentran con una multa”.

Bergenfeld sostuvo: “Las veredas de la ciudad las vemos a toda hora sucias por los cartoneros, que es el tema de fondo y que no se toca. El drama de los cartoneros comenzó en el 2001 y el gobierno debería tomar medidas para que termine”.

Por su parte, el presidente del Ente Unico Regulador de Servicios Públicos de la Ciudad, Carlos Campolongo, elogió el proyecto porque “hoy el vecino que respeta las disposiciones se encuentra prácticamente en una misma situación ante la ley que quien no cumple con ella, y eso no es justo”.