Seguro que quienes se levantaron con el tiempo justo para tomar un sorbo de café, pellizcar una galleta y partir rápidamente hacia su trabajo en el día de ayer no contaban con que en medio de la autopista Buenos Aires-La Plata se encontrarían con un camión cisterna cargado de gas propano volcado que, en caso de explosión, hubiera provocado una onda expansiva de 3 kilómetros. No hubo víctimas y el camión, finalmente, no perdió su contenido. Los únicos perjudicados fueron los automovilistas desviados, con su consecuente demora, ya que la autopista fue cortada durante nueve horas.

El accidente se produjo aproximadamente a las 8.30 en el kilómetro 22 de esa autovía, a la altura de Quilmes, en la mano que se dirige hacia la Capital. Si bien el camión volcó fuera de la cinta asfáltica, por el contenido de su carga, preventivamente se desvió el tránsito hacia calles alternativas, lo que provocó demoras a los usurarios.

Desde la empresa Coviares, concesionaria de la autopista Buenos Aires-La Plata, informaron que el tránsito “fue habilitado a las 18.05”.

Por su parte, desde la Policía Vial, el capitán Roberto Villanueva comentó a este diario que “el corte se hizo alrededor de las 9.30 de la mañana”. También explicó que la autopista “tiene 52 km y el corte se produjo entre el peaje de Quilmes y Berazategui, es decir se cortaron alrededor de 10 kilómetros, primero de la mano a Capital, pero como el camión llevaba sustancias peligrosas, por seguridad, se decidió el corte de ambas manos, de peaje a peaje”.

Las quejas vinieron con las demoras en los desvíos. “Los que venían de Capital bajaban en el kilómetro 9 e iban por el Acceso Sudeste, mientras que los que venían de La Plata no subían a la autopista e iban por camino Centenario o la avenida Calchaquí”. En ese sentido Villanueva precisó que “se notó el incremento vehicular por esas calles y la disconformidad de los viajantes”, y enfatizó que “el flujo vehicular era mucho y un viaje de media hora terminó siendo del doble de tiempo o más”.

El titular del organismo explicó que “no se conocían las circunstancias del vuelco del camión” y determinó que “se trabajó con condiciones de seguridad exacta al bombearse el contenido de un vehículo a otro, porque se podía producir alguna explosión cuya onda expansiva podría haber sido de tres mil metros a la redonda”.