Pablo juega en una plaza de Palermo con el perro que encontró suelto hace un rato. Le encanta el color café con leche del animal y ya decidió que será su nueva mascota. Cuando llega a su casa y cuenta lo que pasó, con su nuevo amigo al lado, los padres le explican que hay que devolverlo. De su cuello cuelga una chapita grabada con un código, mediante el cual se conocen sus datos y el de sus dueños, que lo recuperan y agradecen a la familia de Pablo. A esa situación ideal de identificación de mascotas –ahora irreal– apunta un proyecto de ley de “tenencia responsable” de caninos y felinos que prevé la creación de un registro para esas especies y sus tenedores y otro para paseadores, que la Legislatura porteña podría tratar antes de fin de año.

Conocer a cada perro y gato, a sus dueños y regir la actividad de los paseadores. Sobre esos tres carriles se mueve la iniciativa, que a través del registro único permitiría que cada animal tenga un código de identificación en el que queden registrados hechos y antecedentes de su vida: vacunas, episodios violentos y alejamientos de sus hogares.

Con esos datos, la idea es controlar, según el texto, el respeto a “los derechos de los canes y felinos y las responsabilidades de sus tenedores permanentes y temporarios”, que también quedarían en él establecidos.

El legislador macrista Mario Morando es uno de los autores del proyecto. “Sirve para generar un tenedor responsable, que a partir de esto tendrá un control social –señala–. Con estos elementos se identifica al animal: si está vacunado, si es abandonado o se pierde.”

Hasta ahora, la ley prevé que todos los perros deben llevar bozal al salir de la casa. La nueva norma levanta esa obligación, pero si un perro muerde a una persona, el episodio quedará registrado y la condena será que por el resto de su vida tendrá que usar bozal cada vez que sea llevado a pasear. O si un gato es denunciado como perdido en tres ocasiones distintas, su dueño será identificado como un tenedor no responsable y se le podría quitar la tutela.

Está previsto que el registro de las mascotas sea gratuito y descentralizado; se llevará a cabo en las veterinarias, cuando el dueño concurra a vacunarlo. Realizar ese proceso será obligatorio tanto para el tenedor como para el profesional. “Se busca la autorregulación del sistema. Para eso, los veterinarios serán como escribanos”, cuenta el diputado del ARI Juan Manuel Velasco, otro de los impulsores del proyecto.

La iniciativa unifica más de 10 proyectos presentados en la Legislatura de la ciudad sobre el tema mascotas, y tiene como objetivo “ordenar el actual descontrol que existe al respecto, porque hay una multitud de ordenanzas, normas y reglamentos de todo tipo y color que no se cumplen, y esta nueva ley las eliminaría para establecer una normativa única”, comenta Velasco.

El proyecto, aprobado en la Comisión de Ecología de la Legislatura en octubre último, también implica un registro obligatorio para los paseadores, a quienes se les otorgará una credencial habilitante previa presentación de certificados de aptitud psicofísica y cumplimiento de cursos de capacitación sobre “tenencia responsable, etología, cuidado del animal y preservación del espacio público”, según reza el texto.

Por otra parte, la iniciativa declara a Buenos Aires “Ciudad no eutanásica”, es decir que prohíbe el sacrificio de caninos y felinos. “Debe quedar claro que la matanza de animales no está contemplada, que no será utilizada en ningún caso y que los perros o gatos callejeros o abandonados serán conducidos a espacios previstos a esos fines, hasta tanto se logre la adopción de los mismos”, resaltó Velasco.

Pablo todavía no entiende de buenas acciones si son dolorosas. Al día siguiente, los padres deciden adoptar uno.