El ambiente político tucumano está convulsionado por la detención de un concejal de 31 años, acusado de haber asesinado a balazos a un amigo suyo, al que luego arrojó por un barranco, desde lo alto de un cerro. El crimen, cuyo móvil sería pasional, tuvo en el centro de la escena al edil del Partido Justicialista Alberto Armando Jerez, de la ciudad de Famaillá, a 35 kilómetros de la capital provincial, quien fue denunciado por un conocido suyo que afirma haber presenciado el asesinato. El relato de los hechos, según la versión difundida por la policía tucumana, dice que Jerez asesinó a balazos a su amigo Flavio Masmud, de 42, luego de que ambos mantuvieran una fuerte discusión por cuestiones pasionales, mientras iban los tres en el mismo auto: el acusado, la víctima y el testigo presencial. El hecho fue denunciado por Segundo Benito Méndez, amigo de la víctima y conocido del victimario, quien concurrió a la comisaría de Famaillá. Junto con el concejal Jerez fueron detenidas otras tres personas que habrían tenido algún tipo de participación en el hecho. Entre ellas figuran la esposa del edil y un hermano de la víctima.

Méndez se presentó ante la policía, ayer por la mañana, para dar su versión de lo ocurrido. La tragedia se había desencadenado en la noche del viernes, luego de que los tres compartieran un asado del que participaron otras personas. En medio de la reunión, los tres salieron por un rato de la casa en la que se encontraban comiendo para ir a comprar bebidas. Se movilizaron en el automóvil de Méndez, un Fiat Duna. Durante el viaje, que iba a ser breve, se produjo la discusión entre Jerez y Masmud, hasta que el concejal sacó un arma y disparó contra su amigo, quien murió en el acto. A raíz de lo sucedido, el auto se detuvo y en la confusión, el testigo Méndez, muy asustado, aprovechó para escapar.

El hombre resolvió buscar a un abogado para pedir asesoramiento y luego fue hasta la comisaría de Famaillá para hacer la denuncia. Mientras se encontraba declarando, Méndez recibió el llamado de su esposa, quien le comentó que Jerez se había comunicado por teléfono con ella y había amenazado de muerte a todos los integrantes de su familia. Ante esa situación, se dio intervención a la Unidad Regional Oeste de la Policía de Tucumán, que montó un operativo cerrojo a lo largo de la ruta provincial 307, que lleva hacia los Valles Calchaquíes. En uno de los controles vehiculares se pudo detener al concejal y a otras tres personas que habían estado en el asado y que son sospechosos de haber participado en la segunda parte de la trama policial.

Junto con Jerez fueron detenidos la esposa del concejal, Sabrina Soledad Gadur de Jerez; el hermano de la mujer, Lucas Ezequiel Gadur, y hasta el propio hermano de la víctima, Víctor Fernando Masmud. La policía cree que, después del crimen, Jerez pudo haber ido en busca de las tres personas para que lo ayudaran a deshacerse del cuerpo. Todos fueron capturados en la ruta provincial 307. Jerez dio información a la policía sobre el lugar donde habían arrojado el cuerpo, pero aseguró que el crimen había sido accidental. “Los disparos se me escaparon”, dijo. Luego sostuvo que se deshizo del cadáver porque estaba “muy asustado”.

La policía fue hasta el lugar señalado por el concejal y encontró el cuerpo tirado en un precipicio. Desde allí lo llevaron a la morgue para hacer la autopsia. El auto donde ocurrió la tragedia fue secuestrado y ahora se harán peritajes, ya que a simple vista se observaban varias manchas de sangre. En el caso interviene la fiscal Mónica Sánchez de Targa, del centro judicial de Monteros. Lo que ahora se busca es determinar con precisión los motivos del crimen y la responsabilidad que le corresponde en lo sucedido al hermano de la víctima.

El comisario Fernando Soria, de la policía de Famaillá, confirmó la imputación que pesa sobre Jerez y la detención de las otras tres personas. El comisario dijo que entre la víctima y el victimario “habría existido un vínculo muy cercano, que habría sido el desencadenante” de lo ocurrido. Soria precisó que el cuerpo de Masmud fue hallado en una zona de los Valles Calchaquíes conocida como El Indio, semicubierto por la espesa vegetación. El cuerpo de la víctima tenía “varios disparos”.