El uso de las bicicletas viene impulsado por el gobierno porteño. Por un lado, la Subsecretaría de Deportes, que en 2010 hizo cuatro bicicleteadas para fomentar su uso. Por otro lado, la Subsecretaría de Transporte, que tiene el Programa Bicicletas de Buenos Aires y lo fomenta como medio de transporte ecológico, saludable y rápido. El programa contempla la construcción de bicisendas –que, informan, llegó a 40 kilómetros–, el trabajo con empresas para incentivar el uso de la bicicleta entre sus empleados y también con hoteles y universidades para colocar estacionamientos acordes. Además, lanzaron el alquiler público de bicicletas.

Estas medidas fueron tomadas con pinzas por los entusiastas de la bicicleta, pero tampoco hay mucho acuerdo entre ellos. Para Ciclofamilias las bicisendas son polémicas: “Tenemos muchas objeciones al diseño actual y estamos absolutamente en contra de las bicisendas arriba de las veredas, para nosotros el peatón es prioridad”, dicen. Algo con lo que sí concuerdan son los sistemas de alquiler de bicicletas: “Nos parecen sumamente útiles, ya que cumplen muchas funciones, transporte, turismo y todo indica que las soluciones de transporte en las grandes ciudades están más cerca de una concepción multimodal (combinar distintos medios de transporte) y el bicing en este sentido es clave”.

Néstor Sebastian, de la Asociación de Ciclistas Urbanos, dice que “desde el punto de vista técnico, las ciclovías las construyeron muy bien, la separación física, está bien señalizado, está prohibido estacionar y detenerse allí y redujeron la velocidad de los autos a 30 en el entorno. Pero diferimos con los recorridos. Además, ellos ven la bici un poco new age, ‘qué lindo andar en bici, tomar sol’ y lo difunden desde ese punto de vista. En las políticas del macrismo no se piensa en el que ya usa la bici. Han descartado la posibilidad de hacer ciclovías por avenidas, entonces vemos que la red va a tener baches”, dice Sebastian.

En cuanto al alquiler de bicicletas, le produce más resistencias: “Hablar de transporte público en bicicleta con cien bicicletas es nada”.

–¿Qué habría que hacer?

–Habría que testear un corredor –continúa– y concentrar 500 o 1000 bicicletas en ese corredor que atraviese las líneas de subte transversalmente, bien podría ser a la altura de Virrey Cevallos y su continuación en Paraná o más arriba. Porque la idea es que el bicing sea un complemento del transporte público. Es engañarse pensar que la gente se va a bajar del auto para tomar la bici. Se ponen muchas esperanzas en el tema.