Desde San Miguel de Tucumán

La declaración de Blanca Isabel V., víctima de la trata de personas, es contundente en la identificación de Marita Verón como una de las chicas confinadas y explotadas sexualmente en el prostíbulo El Desafío, en La Rioja, sobre la ruta 38. “El día 15 de julio en horas de la noche cuando comenzó a trabajar pudo observar una persona que por las características es Marita Verón.” Precisó que “Marita Verón convivía con Don Chenga”, como llamaban al imputado José Gómez. Según Blanca Isabel, la joven compartía la pieza con una chica llamada Gabriela, quien le comentó que “ésa era Marita, la que andaban buscando los policías y que ya habían hecho los procedimientos”, pero no la encontraban porque “cuando venían la sacaban y las llevaban a casa de Don Chenga con todas la menores que trabajaban en el lugar”. La testigo, que esta semana no pudo presentarse a declarar por un cuadro de estrés postraumático como consecuencia de las situaciones que tuvo que pasar, precisó que en el burdel había “diez menores de Tucumán” que estaban allí “por la fuerza, ya que fueron recogidas por la fuerza o fueron sacadas de boliches de esa ciudad”. Relató que “luego de trabajar” les daban “pastillas para dormir, la que tenía que ser tomada delante del encargado”. “Una noche un cliente me pegó una cachetada y me quiso tocar, a lo que le pegué una bofetada (...) esta persona habló con un encargado de nombre José, quien le comentó a Chenga (...) y éste me sacó del salón y me llevó a la pieza, diciéndome que el cliente era dueño de hacer lo que quiera ya que es un policía federal de La Rioja, comenzando a pegarme y a decirme que a partir de ese día tenía (que pagar) una multa de dos mil pesos.” Los datos sobre la violencia y las “multas” se han multiplicado desde el comienzo del juicio oral.